domingo, 26 de abril de 2020

¿LE TEMES A LOS CARBOHIDRATOS?

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

A pesar de esta cuarentena, muchos me llaman o escriben haciéndome preguntas sobre ejercicios, entrenamiento y, principalmente, la alimentación; en estos días, CASI TODOS sobre cómo NO ENGORDAR.

La gran mayoría sataniza a los carbohidratos o hidratos de carbono a la hora de bajar de peso (lipólisis). Lo paradójico o increíble es que ni los carbohidratos, ni las proteínas, ni las grasas engordan. Lo que engorda (lipogénesis) es el exceso de estos macronutrientes; más precisamente, el exceso de calorías o superávit calórico. Si a esto le agregamos el sedentarismo

Veámoslo de una manera más formal. El francés Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755–1826), en su libro La fisiología del gusto, publicado en 1825, sugirió por primera vez que los carbohidratos o hidratos de carbono engordaban. Brillat-Savarin consideraba que la causa más común de obesidad era el consumo excesivo de almidones, azúcares y alimentos de carbohidratos farináceos (a base de harinas), además de la inactividad física. Hoy en día, la ciencia lo ratifica; no hay nada nuevo.

Unos cuarenta años después, en 1863, el segundo golpe a los carbohidratos o hidratos de carbono llegó con la dieta descrita en Carta a la corpulencia de William Banting (17961878), quien perdió 20 kilos en un año después de restringir los carbohidratos en su alimentación. El Sistema Banting fue tan popular en ese entonces que la palabra “Banting” –usada en inglés como “I am Banting”– llegó a significar “estoy a dieta” en Estados Unidos e Inglaterra.

Con el desarrollo de la ciencia, a mediados de los 1900, se buscaron no nuevas respuestas, sino nuevas maneras de usar la ciencia para comprobar hipótesis del pasado y continuar la “supuesta guerra” contra los carbohidratos. Así, en 1970 (luego en 1990) se popularizó la “dieta Atkins”, alta en grasas con una ínfima y riesgosa cantidad de menos de 100 gramos de carbohidratos al día –¡apenas el equivalente a 3 manzanas!–. Según el Dr. Robert Coleman Atkins (1930–2003), la restricción estricta de carbohidratos ofrece una “ventaja metabólica”, porque digerir la grasa ingerida quema más calorías que las que se queman en forma de carbohidrato. Bajo esta idea, uno puede consumir toda la grasa que quiera sin subir de peso, pero A COSTA DE LA SALUD. De igual modo, hay otra dieta más estricta todavía, la del Dr. Russell Morse Wilder (18851959), es la “dieta cetogénica” que consiste en cero carbohidratos y bastante grasas. Estas dos dietas no son NADA RECOMENDABLES por el riesgo de salud; pues la persona baja por CATABOLIZACIÓN (autocanibalismo) y no por LIPÓLISIS (oxidación de grasa).

Actualmente, “la guerra contra los carbohidratos” estúpidamente es liderada, principalmente, por el escritor Gary Taubes (nacido en 1956), quien dice que “los carbohidratos engordan”. Según él (que no es nutricionista ni científico), este mecanismo va algo así:
1.    Los carbohidratos estimulan la secreción de la hormona insulina,
2.    La insulina reduce la lipólisis u oxidación de grasa,
3.    Entonces, los carbohidratos engordan.

Pero esta falsa creencia no se sostiene tras analizar las evidencias científicas. Antes de analizarla, entendamos a los carbohidratos. 

¿Qué es un carbohidrato o hidrato de carbono? Para muchos, carbohidrato y azúcar son cosas distintas. Al primero lo ven como algo “natural” (frutas y verduras, por ejemplo), mientras que al segundo, como algo sintético (el azúcar de una gaseosa); pero carbohidrato y azúcar SON LO MISMO.

Un “carbohidrato”, “hidrato de carbono” o “azúcar” es, en su esencia, una molécula compuesta de carbono, hidrógeno y oxígeno (CHO). Salvo algunas excepciones (como la lactosa o azúcar de la leche), podríamos decir que casi todos los alimentos que vienen de la tierra son formados principalmente por carbohidratos: tubérculos, verduras, frutas, cereales, granos y leguminosas que NO TIENEN NADA DE MALO (salvo el EXCESO, y si a esto le agregas el SEDENTARISMO durante años no solo engordas, ENFERMAS).

Las tres formas más simples de carbohidratos (las unidades más pequeñas) son la glucosa, fructosa y galactosa. Todos los carbohidratos están formados por diferentes combinaciones y alineaciones de estos tres carbohidratos simples. Estas unidades son como “bloques de lego” que se juntan para construir carbohidratos más complejos.

Tanto el azúcar del arroz, el azúcar de la manzana, el azúcar de la leche y el azúcar añadida a una Coca-Cola están formados por glucosa, fructosa o galactosa, o alguna combinación de estas; molecularmente son lo mismo. Es decir, si los examinas en un microscopio, estarías viendo la misma molécula.

Habiendo hecho esta aclaración, ¿POR QUÉ LOS CARBOHIDRATOS PARADÓJICAMENTE NO ENGORDAN?

Se cree que los carbohidratos engordan porque estimulan la secreción de insulina por el páncreas. Es cierto que al ingerir carbohidratos o proteínas AUMENTA LOS NIVELES DE GLUCOSA EN LA SANGRE Y, POR ENDE, DE INSULINA. Pero si este fuera el caso, entonces, disminuir los niveles de insulina en la sangre ocasionaría pérdida de peso. No obstante, no es así.

Disminuir los niveles de insulina NO OCASIONA que se pierda más peso. A pesar de que en una dieta baja en carbohidratos disminuye los niveles de insulina, si la cantidad total de calorías que ingieres cada día es la misma que en una dieta alta en carbohidratos, la pérdida de peso será la misma por la igual cantidad de calorías ingeridas cada día. En otras palabras, lo que ocasiona la pérdida de peso no son la cantidad de carbohidratos y los niveles de insulina, ni la cantidad de proteínas ni grasas, sino la reducción de la CANTIDAD DE CALORÍAS INGERIDAS (vengan de donde vengan) o la cantidad total de alimentos que tomes cada día. Si ingieres menos de lo que necesitas (déficit calórico), adelgazas y si ingieres más de lo que necesitas (superávit calórico), engordas; no interesan los alimentos. El alimento en sí NO ENGORDA NI ENFLACA. Esta premisa básica es la que siempre la repito en el gimnasio.

Es decir, las proteínas y los carbohidratos NO SE CONVIERTEN EN GRASA. No obstante, EL EXCEDENTE SÍ, porque cada gramo de proteína o carbohidrato tiene aproximadamente cuatro calorías cada uno, y si ingieres calorías en exceso (superávit calórico) TE ENGORDA; vengan de donde vengan esas calorías. Asimismo, la proteína también causa elevaciones de la hormona insulina, a veces más que algunos carbohidratos, pero nadie afirma que comer un filete de pescado engorde. Un filete de pescado (proteína) causa las mismas o mayores elevaciones de insulina que la avena, pasta, pan, palomitas de maíz (canchita) o papas fritas (carbohidratos). Entonces, ¿por qué temer a los carbohidratos?

El verdadero villano es consumir más calorías de las que el cuerpo necesita (superávit calórico). En otras palabras: por sí mismo, ningún alimento ni carbohidrato engorda; lo que engorda es consumir un exceso de calorías o superávit calórico, ya sea de carbohidratos, proteínas o grasas. Donde se confunden las cosas es que este excesivo consumo de calorías es muy facilitado por alimentos ultraprocesados que son elevadísimos en carbohidratos artificiales; por ejemplo: las galletas, pan, gaseosas, frutas y jugos enlatados, golosinas, postres y otros productos empaquetados con azúcares añadidos. ¡Todos estos son nocivos! Por desgracia, cada año gastamos más, no en frutas, verduras ni tubérculos, sino en productos ultraprocesados; eso es lo dañino.


Repito, el problema no son los carbohidratos naturales en sí, el problema son los productos ultraprocesados altamente apetecibles ricos en carbohidratos artificiales que no sacian y que le dicen a nuestro cerebro que los sigamos comiendo, por lo que terminamos ingiriendo más calorías de las que el cuerpo necesita (superávit calórico), y a esto le agregamos el sedentarismo, es lógico que se engorda y se enferma la persona.

Mientras que los carbohidratos vengan de alimentos naturales, aquellos que la naturaleza nos ofrece con una mínima manipulación del hombre (frutas, verduras, tubérculos, legumbres…), uno no debería de preocuparse de consumirlos de más. Y si a esto le agregamos la práctica de algún deporte tres veces por semana, puede descansar sabiendo que comerlos NO lo van a engordar; salvo mejor parecer.

Cualquier duda o inquietud para ampliar o detallar más al respecto, me puedes ubicar con facilidad.

CONSULTOR FITNESS Y CORRECCIÓN GRAMATICAL
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Máster: "Entrenador Personal", "Nutrición Deportiva" y "Psicología Deportiva"
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domingo, 19 de abril de 2020

¿SABÍAS QUE...?

Aunque seas poco aficionado a las matemáticas, alguna incógnita habrás despejado a lo largo de tu vida. Y para representarla habrás usado la letra “X”. Coge cualquier libro de matemáticas que se te ocurra: «siempre es esa letra la que representa lo que no se conoce», ¿verdad?

Quizás no te extrañe, pero es bastante raro porque es una letra poco común en muchos idiomas en el mundo y ahí está, casi al final del abecedario, pero sin ocupar una posición destacada.

Para entender por qué la letra “X” es el símbolo internacional de la incógnita matemática, debes saber que el matemático que inventó el concepto de álgebra y la forma sintética de expresarla se llamaba Al-Juarizmi y hablaba y escribía en árabe. Este matemático, siempre que planteaba una ecuación, llamaba “cosa” a lo que no sabía, y resulta que “cosa” en idioma árabe se dice “xai”, así que cuando se cansó de escribir la palabra entera, la abrevió y le quedó la letra árabe equivalente a la “X” (se llama “sin” o “xin” y suena como la “sh” en inglés o la “x” en catalán y en gallego). Con el tiempo, esta abreviatura árabe pasó a ser símbolo universal, ya que Al-Juarizmi es el padre de toda el álgebra moderna. Si pronuncias su nombre /juarismi/, verás qué fácil es que te acabe saliendo la palabra guarismo; y si la pronuncias con el artículo, /al-juarismi/, llegarás pronto a algoritmo. ¡Curioso, ¿verdad?!

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domingo, 12 de abril de 2020

PARA DEPORTISTAS, ¿SABÍAS QUE…?


Cuando un espermatozoide y un óvulo se unen comienza el proceso de fabricación de un ser humano.

Hombre y mujer tenemos 46 cromosomas en cada una de nuestras células. Los cromosomas son el manual de instrucciones para fabricar un nuevo ser humano. La mitad de los cromosomas los pone el padre y la otra mitad, la madre.

Todos los óvulos de la madre tienen un cromosoma “X”; en cambio, los espermatozoides del padre pueden tener un cromosoma “X” o un cromosoma “Y”.

Si el espermatozoide que llega primero al vientre materno es “X”, se juntará con el óvulo “X” y nacerá una niña: “XX”; en cambio, si el espermatozoide que llega primero es “Y”, se juntará con el óvulo “X” y nacerá un niño: “XY”.

“El padre es quien determina el sexo de los hijos”; pero el cromosoma “Y” no entra en acción desde el principio de la fecundación, sino en la octava semana de gestación.

Como el cromosoma “Y” todavía no se activa, el embrión –en el vientre materno– comienza a desarrollar órganos femeninos; es decir, el diseño básico del cuerpo humano es femenino. La naturaleza es como una máquina programada para fabricar mujeres.

Si las glándulas sexuales hablaran, dirían: «Mientras no me digan lo contrario, yo fabrico una mujer».

Si el espermatozoide que fecundó era “Y”, este cromosoma recién se despierta en la octava semana de gestación y le envía un mensaje de testosterona al embrión. Es como si le dijera a la naturaleza: «No sigas fabricando una mujer, reordena las piezas y fabrica un varón» y la naturaleza, entonces, reorienta el diseño.

Por eso, los varones tenemos tetillas y glándulas mamarias porque ya estábamos en la línea de ensamblaje femenino. ¡TODITOS ÍBAMOS A SER MUJERES! ¡¡¡Ohhh, Dios!!!

El varón no es más que una mujer reorientada. El pene es un clítoris reformulado; los testículos son ovarios potenciales fuera de lugar (el prefijo “ova”, “ovo” viene de HUEVO). Hombres y mujeres tenemos huevos; unos adentro y otros afuera.

Durante siglos y milenios, los varones han creído ser el primer sexo; el sexo fuerte. Eso es científicamente falso; las mujeres son el primer sexo. El sexo masculino es el segundo y el secundario.

Si todos los varones de la tierra desaparecieran, las mujeres podrían continuar la especie humana. Bastaría un banco de semen o clonación; ellas saben fabricar vida. Pero si todas las mujeres del mundo desaparecieran, el género humano se habría extinguido. Entonces: Eva no nació de Adán, sino Adán de Eva.

Los gametos o células reproductoras (espermatozoides y óvulo) son producidos por las gónadas. Si las gónadas son masculinas, se llaman testículos y si son femeninas, ovarios. Estas gónadas –masculinas y femeninas–, además de los gametos, también producen una hormona anabolizante llamada testosterona (que viene de testículo). Esta testosterona la producen tanto las gónadas masculinas (testículos) como las gónadas femeninas (ovarios). Solo que los testículos producen 10 veces más cantidad que los ovarios (“ova”, “ovo” = huevo. Por eso dije más arriba, todos tenemos huevos; unos adentro y otros afuera).

Todo esto no lo es todo, pero si es lo básico o elemental para tener en cuenta a la hora de entrenar a la gente en un gimnasio, ya sea con aeróbicos o anaeróbicos. Por ese motivo, las mujeres no desarrollan músculos como los hombres; su hormona anabolizante testosterona es 10 veces menos cantidad que la de los hombres (si la mujer se inyecta testosterona, es diferente; por eso los médicos no recomiendan a nadie los anabólicos esteroides). Si el hombre se inyecta testosterona no se hace más hombre, sino que le produce la aromatización. Es decir, empieza a sentir atracción hacia otros hombres, desarrollo de las glándulas mamarias o ginecomastia, hipogonadismo o menor secreción natural de testosterona. A esto último lo confunden con una reducción del tamaño del pene, pero no es así. Son las gónadas masculinas o testículos que empiezan a segregar menos testosterona y no reducción del tamaño del órgano viril; en fisiología, la función hace al órgano y no el tamaño. Además de otros daños más severos todavía.

Me gustaría extenderme mucho más en esto (endocrinología), que es la base del físicoculturismo y fitness, pero resulta que a la gran mayoría no le agrada leer. Son pequeños detalles que con frecuencia los trato con poquísimas personas en el gimnasio donde trabajo; pues a la mayoría no le interesa informarse, solo entrenar como animalitos.

En la fotografía estoy con dos de mis principales alumnas del fitness: Fressia Johana Litano Cabrera (de lentes) y Károl Mirella Felipe Cabanillas. Fressia (21) estudia Arquitectura en la UPAO (Trujillo) y Károl (19) estudia Enfermería en la Universidad César Vallejo (Trujillo). Ambas reciben un asesoramiento holístico o integral de parte mía en el gimnasio “Malka” de Chepén solamente los meses de vacaciones desde hace unos años.

Cualquier pregunta o consulta, me puedes ubicar fácilmente.

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domingo, 5 de abril de 2020

LA TILDE DIACRÍTICA

La “tilde diacrítica” es la que permite distinguir palabras que se escriben igual, pero que tienen significados distintos y presentan diferente pronunciación. He aquí algunas recomendaciones sobre las palabras más comunes, pues hay una enorme cantidad. Es cuestión de tener un poquito de sentido común, y toda persona se dará cuenta.

01. “Él” se acentúa cuando es pronombre y “el” no se acentúa cuando es un artículo determinado. Ejemplos de él y el: él es el mejor de mis amigos; voy a ir con él por el carro que compró; él es quien vio el accidente que sucedió ayerel verdadero amor es lo que siente ella por él.

02. “Sí” se acentúa cuando es un adverbio de afirmación y si” no se acentúa cuando es una conjunción condicional o cuando es un sustantivo que nombra a una nota musical. Ejemplos de  y si:  voy a ir a la fiesta si me invitan; la canción adquiere mucha fuerza si tocan la nota sisi quieres quedarte a dormir en mi casa, ya sabes que  eres bienvenido.

03. “Dé” se acentúa cuando es un verbo conjugado (dar) y “de” no se acentúa cuando es preposición o un sustantivo que nombra a la letra d. Ejemplos de  y de: cuando le  el regalo de cumpleaños, ella seguramente va a gritar de alegría; de vez en cuando es importante que alguien te  un abrazo para que sientas su cariño; sea lo que sea que nos , estaremos de acuerdo; de nuevo me pidió que le  mi teléfono nuevo.

04. “Más” se acentúa cuando es un adverbio de cantidad, un adjetivo o una conjunción con valor de suma; “mas” no se acentúa cuando es una conjunción adversativa (pero). Ejemplos de más y mas: queríamos comprar más cosas, mas ya no teníamos dinero; cuatro más dos son seis; encontraron más indicios del crimen, mas no han podido localizar todavía al asesino; cada vez te quiero másmas todavía no te amo.

05. “Tú” se acentúa cuando es pronombre y “tu” no se acentúa cuando es un adjetivo posesivo. Ejemplos de  y tu: tú tienes tu forma de entender las cosas y yo tengo la mía;  vas a llegar a ser la persona que tu familia espera; en tu caso,  mismo debes acudir a entregar los documentos;  eres tu propio jefe.

06. “Mí” se acentúa cuando es pronombre y “mi” no se acentúa cuando es un adjetivo posesivo o cuando es un sustantivo que nombra una nota musical. Ejemplos de  y mi: para mi perro es como mi mejor amigo; puedes confiar en , pues mi amor es sincero; a  no me gusta que no respeten mi tiempo; mi dinero que gano en este momento es solo para ; comenzaron la obra musical con un mi menor.

07. “Sé” se acentúa cuando es la conjugación del verbo saber o del verbo ser.  “Se” no se acentúa cuando se utiliza como pronombre.  Ejemplos de  y se: yo  que ella se va a sentir mejor luego de que reflexione sus acciones; ¡ valiente!; la casa se está remodelando y  que quedará hermosa;  todo aquello que quieras ser;  que los artículos que se venden aquí son usados.

08. “Té” se acentúa cuando es un sustantivo que nombra una bebida o infusión; “te” no se acentúa cuando es un pronombre átono o un sustantivo que nombra a la letra T. Ejemplos de  y te: te tienes que terminar el  que te sirvieron; si te duele el estómago te puedo preparar un  de manzanilla; el  verde es una bebida que te puede ayudar a bajar de peso; te compré un  chai; ¿te apetece beber  o café?

09. “Sólo” lleva acento ortográfico cuando es un adverbio que equivale a solamente; “solo” no se acentúa cuando es un adjetivo calificativo que significa “en soledad” o “sin compañía”. Ejemplos de sólo y solo: sólo estuve en la reunión un rato porque quería estar solo; fui solo al bar y ahí sólo había otras dos personas sentadas. Desde el 2010 la RAE anuló esta regla y no admite la tilde en ningún caso; la he puesto aquí para que vean la diferencia entre estas dos palabras.

10. “Aún” se acentúa cuando puede sustituirse por el adverbio “todavía”; “aun” no se acentúa cuando puede sustituirse por hasta, incluso siquiera. Ejemplos de aún y aun. Ni aun con tanta práctica me sale aún esta posición del yoga; aun tres años después de haber terminado, la seguía buscando; aún no es tiempo de que te vayas; aun cuando se enojan mucho aún se quieren.

11. “Éste, ése, aquél, ésta, ésa, aquélla y sus plurales” se acentúan cuando son pronombres demostrativos; “este, ese, aquel, esta, esa, aquella y sus plurales” no se acentúan cuando son adjetivos demostrativos (modifican a un sustantivo). Ejemplos: Este cuadro no me gusta mucho; me gusta más éste. Con este calor dan ganas de meterse a una alberca. Esa canción me gusta; ésa me fascina. Aquella mujer fue mi maestra. Estas fotografías son muy bonitas; mira ésta. Desde el 2010 la RAE anuló esta regla y no admite la tilde en ningún caso; la he puesto aquí para que vean la diferencia entre estos dos grupos de palabras.

12. “Qué, cuál, quién, cómo, cuánto, dónde y cuándo” llevan acento ortográfico cuando se utilizan como adverbios o pronombres interrogativos o exclamativos; “que, cual, quien, como, cuanto, donde y cuando” no llevan acento ortográfico cuando funcionan como pronombres relativos. Ejemplos: ¡Pero cuánto has crecido desde la última vez que te vi!; en cuanto llegaste, empezó la fiesta; ¿Qué te trae por estos lugares?; estaba pensando que tendría muchas cosas qué hacer; me pregunto dónde se habrá metido el gato; las llaves están donde las dejaste esta mañana.

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