sábado, 29 de marzo de 2014

LA PALABRA DEL MES: "VACUNA"

Virus o principio orgánico que, convenientemente preparado, se inocula a una persona o a un animal para preservarlos de una enfermedad determinada.

La viruela fue una de las enfermedades más mortíferas de la historia por los millones de decesos que causó en el transcurso de varias epidemias en diferentes épocas. El médico inglés Edward Jenner (1749- 1823) había observado, cuando todavía era estudiante, que las personas que habían contraído la fiebre vacuna —una variante de la viruela que atacaba solo a las vacas— se volvían inmunes a la enfermedad. 

Ya graduado, Jenner descubrió que había dos formas de fiebre vacuna y que solo una de ellas inmunizaba a los seres humanos, pero solo en 1796 tuvo oportunidad de inmunizar a un niño de ocho años aplicándole el virus de la viruela bovina.

Más tarde se descubrieron maneras de inmunizar a la gente contra muchas otras enfermedades, siempre mediante la aplicación de formas atenuadas de virus u otros agentes causales de las diversas dolencias infeccionas, como forma de estimular la producción de anticuerpos contra esas enfermedades. Las vacas ya no tenían nada que ver con el asunto ni tampoco la viruela, pero el procedimiento conservó el nombre de vacuna como recuerdo de la genial intuición de Jenner.

lunes, 24 de marzo de 2014

ETIMOLOGÍA DE "ANFITRIÓN", "ANFITRIONA"

Anfitrión fue un personaje de la mitología griega, hijo de Alceo y de Astidamia, que se casó con su prima Alcmena, hija de Electrión, rey de Micenas. Habiendo matado por error a su suegro, fue expulsado de la ciudad y, antes de consumar el matrimonio, marchó con su mujer a Tebas, donde fue purificado por Creonte.

Su esposa se negó a hacer el amor hasta que Anfitrión no hubiera vengado a sus ocho hermanos, asesinados por los hijos del rey de la isla de Tafos. Una vez que nuestro héroe hubo partido hacia la guerra contra Tafos, Zeus se presentó ante Alcmena asumiendo la forma del marido ausente y ordenó al Sol que detuviera su curso por setenta y dos horas para permitirse una larga noche de amor con ella, quien creía estar amando a Anfitrión.

A su regreso, al enterarse de lo ocurrido por el adivino Tiresias, Anfitrión intentó quemar viva a Alcmena, pero Zeus no lo permitió, y el marido engañado optó por una alternativa más sosegadavivir su postergada luna de miel. De tantas noches de amor, Alcmena engendró dos hijos: Herakles (o Hércules), hijo de Zeus, e Íficles, hijo de Anfitrión.

El dramaturgo Plauto, en el siglo II antes de nuestra era, y Molière, en 1668, escribieron sendas comedias en las que mostraban a Anfitrión en la lucha mientras Zeus hacía el amor con su mujer.

Desde entonces se llama anfitrión o anfitriona a aquel o aquella que recibe invitados en su casa, aunque no necesariamente de la manera como Zeus fue recibido en la casa de nuestro personaje.

Anfitrión se compone de amphi 'alrededor', 'en torno de' y trýein 'agotar', 'fatigar', 'maltratar', por lo que algunos etimólogos afirman que su nombre significa 'el que todo destruye a su alrededor'.

jueves, 20 de marzo de 2014

domingo, 16 de marzo de 2014

¿SABÍAS QUE...?

La palabra "PROGRAMA" viene del griego y del latín programma, a través del francés programme, significa hoy «declaración por escrito de lo que se proyecta hacer». Las palabras griega y latina denotaban «anuncio público, temario», derivadas del verbo griego prographein 'anunciar públicamente por escrito', formado por el prefijo pro- 'antes de' y graphein 'escribir'.

Veamos aquí un ejemplo de su empleo en la Vida de Carlos III (1898), de Carlos Gutiérrez de los Ríos: 

Tanto en Londres como en París fue muy bien recibida la noticia de esta pretendida victoria; pero cuando llegaron posteriores y más verdaderos detalles del programa, se cambió el regocijo en crítica, dolor y sentimiento. El duque de Chartres (hoy de Orleans), que, como voluntario, había ido en la flota, llevó a Versailles este aviso, y fue recibido allí y en París con el mayor entusiasmo en el primer momento.

Esta palabra apareció en la primera edición del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, aunque definida apenas como «nombre cuyas letras deben combinarse para hacer un anagrama», pero en la edición de 1822, ya se admitía también el significado de «tema que se da para un discurso, diseño, cuadro, etc.». 

domingo, 9 de marzo de 2014

PENSAMIENTOS DEL MES

LITERATURA:
“El mundo habrá acabado de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga”.
-Gabriel García Márquez-

SOBERBIA:
“La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano”.
-San Agustín-

TEMOR:
“Teme al hombre de un solo libro”.
-Santo Tomás de Aquino-

GENIO:
“La principal marca del genio no es la perfección, sino la originalidad; la apertura de nuevas fronteras”.
-Arthur Koestler-

REALIDAD:
“La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece”.
-Philip K. Dick-

lunes, 3 de marzo de 2014

LOS DICCIONARIOS DEL ESPAÑOL EN CINCO SIGLOS

El académico y lexicógrafo español Pedro Álvarez de Miranda participó en los ciclos de la Fundación Juan March de Madrid con dos conferencias en las que ha analizado la evolución de los diccionarios de español a través de cinco siglos de historia.

La primera de sus dos intervenciones dedicadas a la historia de la lexicografía española se celebró el 18 de febrero y la segunda tuvo lugar el jueves, en el salón de actos de la Fundación Juan March de Madrid.

A partir del lugar fundamental que ocupa en la historiografía de la lexicografía española el diccionario académico, Pedro Álvarez de Miranda ha hecho un recorrido en estas dos conferencias por tres tramos sucesivos: la lexicografía preacadémica, la lexicografía académica y la lexicografía extraacadémica. La primera conferencia se titulaba «De Nebrija a la Academia» y la de hoy «De la Academia a Manuel Seco». 

«De Nebrija a la Academia», la primera etapa del recorrido que Álvarez de Miranda ha hecho por la historia de los diccionarios, se abrió con el análisis de dos hitos lexicográficos anteriores a la llegada del Diccionario de autoridades académico: el Vocabulario hispano-latino de Nebrija, aparecido hacia 1495 y que tuvo visible influencia sobre muchos otros repertorios bilingües posteriores, y el Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias, aparecido en 1611, primer diccionario monolingüe del español. 

A continuación, Álvarez de Miranda trazó la historia de los diccionarios de la Real Academia de la Lengua Eapañola, empezando por la gran proeza de la corporación, el Diccionario de autoridades (1726-1739). Su reducción a un tomo «para su más fácil uso» fue la primera edición del luego llamado «diccionario común» de la Real Academia: una serie que hoy va por la vigésima segunda edición (2001) y muy pronto (octubre de 2014) por la vigésima tercera. 

La conferencia del jueves 19 fue dedicada a la lexicografia no académica de los siglos xviii, xix y xx. En el xviii solo se publica, además de Autoridades, un diccionario más de tipo general, el Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes de Esteban de Terreros. En el xix destacan dos que aparecieron simultáneamente en 1846-1847, uno en París, el Nuevo diccionario de la lengua castellana de Vicente Salvá, y otro en Madrid, el Diccionario nacional de Ramón Joaquín Domínguez. El recorrido termina con dos importantísimos repertorios lexicográficos de la segunda mitad del siglo xx, el Diccionario de uso del español (1966-1967) de María Moliner y el Diccionario del español actual (1999) dirigido por Manuel Seco.