jueves, 27 de septiembre de 2012

¿CUÁNDO USAR "A" Y "HA"?

Con cierta frecuencia me preguntan algunas personas con respecto al uso de “a” y cuándo “ha”, lo cual en principio pareciera una duda infundada por tratarse la primera palabra de la preposición y la segunda del verbo haber cuando actúa como auxiliar de las formas compuestas de los verbos.

Así que lo primero, para no incurrir en errores, es tener claro lo que queremos escribir: si se trata de una preposición (a) o de un verbo (ha). Recordemos que las preposiciones son palabras invariables (incluso muchos las memorizaron en su paso por la escuela y las recitan como loros) que se usan para introducir un elemento nominal (nombre, sustantivo, adjetivos nominales, etc.) o una oración subordinada; por ejemplo: Debo ir a Trujillo; Pasar de una a otra silla no resuelve el problema; Jugar a las cartas; etc.

En el caso de la forma ha (tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo haber), generalmente es utilizada como auxiliar y la encontraremos seguida por otro verbo en participioha llovido, ha comido, etc.

Pero lo fundamental, en todo caso y como lo indiqué al inicio, es tener bien claro qué es lo que se está queriendo comunicar. El cerebro humano responde a la lógica del lenguaje, y la Gramática lo que hace es recoger las reglas generadas por los usuarios en su comunicación cotidiana.

sábado, 22 de septiembre de 2012

PENSAMIENTOS DEL MES

DIFERENCIAS:
“La uniformidad es la muerte; la diversidad es la vida”.
-Mijaíl Bakunín-

LEYES:
“Es más fácil hacer leyes que gobernar”.
-Leon Tolstoi-

TRISTEZA:
“La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces solo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste”.
-Lucio Anneo Séneca-

CARÁCTER:
“Cuando no sopla el viento, incluso la veleta tiene carácter”.
-Stanislaw Jerzy Lec-

ORGULLO:
“Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande”.
-Voltaire-

domingo, 16 de septiembre de 2012

USO ERRÓNEO DE LA PREPOSICIÓN "A"

Está tan extendido el uso de la preposición “a” en expresiones como *linterna a pilas, *bicicleta a motor, *barco a vela, *estufa a gas y, sobre todo, *avión a reacción y *olla a presión, que podemos pensar que es correcto. Sin embargo, se trata de un galicismo (palabra o giro de la lengua francesa que se emplea en otra lengua), ya que la preposición que normalmente se usa en español para expresar el modo o el medio por el que funciona un objeto es de: patines de motor, cocina de gas, barco de vela, juguete de pilas, avión de reacción, olla de presión, etc.

En cambio, estos calcos del francés no se usan en la mayor parte de los países americanos, donde sí suelen emplear correctamente estas expresiones.

Para que no haya confusiones, el Diccionario panhispánico de dudas aclara que «sí es normal el uso de la preposición a para introducir complementos verbales que indican el modo de ejecutar la acción o el medio empleado para ello: llamar a gritos, moler a palos, bordar a mano, así como para introducir el complemento de sustantivos derivados de verbos de acción: pintura al óleo, grabado al agua fuerte, bordado a canutillo».

martes, 11 de septiembre de 2012

¿SABÍAS QUE...?

Los eones (EÓN) son eras de duración muy prolongada, aplicables más a la geología y a la paleontología que a la breve historia del hombre sobre la Tierra. Algunas corrientes religiosas esotéricas afirman que un eón corresponde a mil millones de años, lo que equivale grosso modo al tiempo transcurrido desde la aparición de las primeras formas de vida sobre el planeta. 

La noción de períodos muy prolongados es casi tan antigua como la propia raza humana. Los pueblos prehistóricos indoeuropeos llamaban aiw a la noción de eternidad. Esta palabra se derivó en diversas formas más o menos equivalentes a lo largo de miles de años. En sánscrito se usó áyu para referirse al concepto de fuerza vital, y en avéstico ayu denotaba longevidad. 

En la lengua griega, aiw-en- dio lugar a aion 'era', 'edad histórica', 'época'. En latín se formó aevun, con significado similar, de donde provienen palabras como 'eón', y también longevo —de longus 'prolongado', 'largo' más aevum—, así como medioevo 'de la Edad Media'. En latín se registra también aevitas 'tiempo de la vida de una persona', 'edad' y su contracción aetas, que sobrevivió en castellano como edad.

jueves, 6 de septiembre de 2012

LA PALABRA DEL MES: "MIMO"

Un mimo es un intérprete teatral que se vale de gestos para expresarse ante el público. Para los griegos y para los romanos, los mimos eran actores de categoría inferior, una especie de bufones que imitaban a otras personas. Hoy, sin embargo, se considera que la expresión corporal (lenguaje kinestésico) es una de las formas más difíciles y refinadas de la actuación teatral.

Entre los romanos surgió en cierta época el pantomimus, un mimo que, además de utilizar la expresión corporal, se valía de máscaras y palabras, pero en el siglo V este arte fue prohibido por la Iglesia por burlarse de los sacramentos.
La mímica renació a partir del siglo XVI con la Commedia dell'Arte y alcanzó la categoría de gran arte en los siglos XIX y XX, con Jean-Gaspard Deburau y Marcel Marceau, y con Carlitos Chaplin en el cine mudo.
La palabra mimo nos llegó a partir del mimus romano y del mimos griego. Por su parte, 'pantomima' (del latín pantomimus) se formó mediante la anteposición del adjetivo griego pantos 'todo'. La habilidad del mimo para imitar inspiró una serie de palabras de nuestro idioma, tales como mímica, mimetismo y mimosa, la planta sensitiva que parece esbozar un gesto casi humano cuando la tocan.

sábado, 1 de septiembre de 2012

COMPLEMENTOS CON "PARA" (SEGÚN LA "NUEVA GRAMÁTICA")

Tradicionalmente, se han considerado complementos indirectos los grupos preposicionales con para: Traje un espejo para María.

Muchas veces se ha mostrado esta relación, que solo es aparente, como se verá a continuación: Traje un espejo para María = Le traje un espejo.

De acuerdo con la equivalencia anterior, para María es sustituido por le.

En español, efectivamente, los pronombres de dativo son "le"  (singular) y "les" (plural):

Le daré un anillo.
Les entregamos las cartas.
Le comuniqué mi decisión.
Les informé que no asistiría a la celebración.

En estos casos hay ejemplos de un verbo transitivo (con rojo), un complemento directo (con negro) y un complemento indirecto (con verde).

Ahora bien, si el pronombre singular le se inserta en la oración del primer párrafo, el resultado es el siguiente:

Traje un espejo para María.
Le traje un espejo para María.

Como se puede ver, el pronombre le no se refiere a María, sino a otra persona. No obstante, si se cambia la preposición para por a, el resultado es Le traje un espejo a María. En este ejemplo el pronombre le sí se refiere a María. Por consiguiente, se puede concluir que el complemento indirecto siempre debe construirse con la preposición a y este puede coaparecer en una oración con el pronombre de dativo correspondiente.

Por otro lado, dado que los complementos con para no se ajustan a esa correferencia, se puede concluir que no son indirectos, sino circunstanciales (o adjuntos) de destinatario o beneficiario.

Finalmente, nótese que estos complementos pueden coaparecer en el ejemplo: Le traje a Juan un espejo para María.