miércoles, 28 de marzo de 2012

RESTAURANTE

En 1765, un pequeño empresario francés de apellido Boulanger abrió en París una casa de comidas. En el frente puso un cartel en latín vulgar en el que se podía leer: Venis ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos” (Venid a mí los que tenéis el estómago vacío que yo os lo restauraré).

En aquella época no había casas de ese tipo, sólo existían las tabernas, pero en ellas se servía apenas vino y otras bebidas y, a veces, algún picadillo. El éxito de la casa de Boulanger no fue inmediato, pero ¿cuando ocurrió? ¡Veinticuatro años más tarde, tras el estallido de la Revolución Francesa! Fue tan resonante que los establecimientos como el suyo, llamados primero restaurat y más tarde restaurant, se multiplicaron rápidamente por todo París y no demoraron en aparecer en otras capitales europeas. Uno de los primeros clientes de Boulanger fue el enciclopedista Denis Diderot, quien elogiaba mucho sus platos, aunque admitía que el lugar era «un poco caro».

Antes de la Revolución de 1789, los castillos y mansiones de las familias aristocráticas de Francia mantenían grandes y sofisticados equipos de cocina; pero, con el fin del Antiguo Régimen, muchos jefes de cocina y cocineros desempleados abrieron sus propios restaurantes, al punto de que en 1804 había en París más de quinientas casas inspiradas en la idea de Boulanger, lo que permitió que el producto del trabajo de algunos de los jefes de cocina más célebres de la historia fuera saboreado por primera vez por paladares plebeyos.

viernes, 23 de marzo de 2012

CONTROVERSIA


Esta palabra habla de cierta decisión que no va a ser modificada de manera alguna, no importa cuánto se ruegue al que la adoptó.

La palabra proviene del latín inexorabilis, un adjetivo que se aplicaba a aquel a quien no era posible conmover mediante ruegos ni oraciones porque era absolutamente inflexible. Veamos cómo está compuesta: orabilis es en latín "aquello que es posible pedir". Si se le añade el prefijo ex-, tenemos el vocablo exorabilis, que significa "que puede ser disuadido mediante ruegos", y también "que se deja corromper o sobornar". Inexorable sería, pues, aquel que no se deja convencer, que no es exorabilis. Horacio usa inexorabilis auro para denotar "que no se deja convencer por el oro".

Cabe añadir que orabilis proviene de orare 'rogar', 'pedir', 'solicitar', que se derivó, a su vez, de oris 'boca', presente también en oral, oración, orador, perorata y hasta en la palabra oráculo (de la pitonisa).

sábado, 17 de marzo de 2012

¿SABÍAS QUE...?

El hábito de agrupar los días en períodos de siete unidades, que hoy llamamos SEMANA, es original de los babilonios y fue adoptado por los griegos y los romanos, que dieron nombre a estos períodos sobre la base del número siete. Los griegos los llamaron hebdomás, de hepta 'siete', palabra que perdura hasta nosotros en 'hebdomadario', que significa 'semanal, semanario'. En Roma se adoptó el nombre septimana, que llegó al Español como semana ya en el Cantar de Mio Cid:

Aqui les pongo plazo  |  de dentro en mi cort: a cabo de tres semanas  |  en begas de Carrion
que fagan esta lid  |  delant estando yo.

Entre los romanos, el gran prestigio de la astrología llevó a introducir la semana de siete días, basada en la idea babilónica de las siete mañanas, y los nombres de los días fueron tomados de astros y dioses equiparados a los babilonios. De esta forma, el lunes se llamó así en homenaje a la Luna; el martes recordaba al dios de la guerra, Marte para los romanos; el miércoles, al dios del comercio, Mercurio; el jueves a Júpiter (dies Jove o día de Júpiter), y el viernes, a Venus. Para los romanos, el sábado era el día de Saturno, pero con el advenimiento del cristianismo el nombre dies Saturni fue cambiado por Sabbatum, derivado del hebreo sabbath, proveniente de sabath 'descansar', que entre los judíos designa al día semanal de descanso. En Latín, el domingo se llamaba Solis dies 'día del Sol', pero los cristianos cambiaron ese nombre a Dominica, que significaba 'día del Señor' (dies dominus).

martes, 13 de marzo de 2012

PENSAMIENTOS DEL MES

PIEDAD:
“Si sólo se dieran limosnas por piedad, todos los mendigos ya hubieran muerto de hambre”.
-Friedrich Nietzsche-

CREER EN SÍ MISMO:
“A menos que creáis en vosotros mismos, nadie lo hará; éste es el consejo que conduce al éxito”.
-Jhon D. Rockefeller-

PROGRESO:
“No siempre lo posterior a un momento determinado significa progreso”.
-Alessandro Manzoni-

FAMA:
“La fama trae la soledad. El éxito es tan frío como el hielo y tan poco hospitalario como el Polo Norte”.
-Vicky Baum-

AMOR:
“El amor físico es un instinto natural, como el hambre y la sed; pero la permanencia del amor no es un instinto”.
-André Maurois-

jueves, 8 de marzo de 2012

LA PALABRA DEL MES: "ADREDE"

Muchas hipótesis se han tejido sobre el origen de esta palabra española que ya estaba en la lengua en los tiempos del diccionario de Sebastián de Covarrubias (1611), quien explicaba su significado como equivalente a “a sabiendas”, según él, proveniente del Italiano et dritto en el sentido de 'directamente'. Covarrubias también considera la posibilidad de una etimología árabe, a partir del verbo dari 'saber', de donde a-drede significaría “a sabiendas”. La Real Academia de la Lengua Española duda entre adherirse a la hipótesis del catalán adret y la del Latín ad directum, casi equivalente a la de Covarrubias.

Sin embargo, Corominas (1980), la mayor autoridad en etimología española del siglo XX, desecha, con un complejo razonamiento filológico, todas esas hipótesis y afirma que no ve otra explicación que un origen gótico, que él identifica en rhets 'consejo', que forma parte de una vasta familia de palabras en la Biblia gótica «varios de los cuales dejaron copiosa prole romance ('correar', 'arrear', etc.)». Al Latín medieval, esta palabra gótica legó redum, que en Francés dio roi 'rei'.

En Alemán antiguo, at red significaba 'en consejo' o 'en consulta', lo que habría dado en Latín medieval atrede y luego, en romance castellano, "adrede". Y en efecto, en el norte de España, donde la colonización germánica fue más densa, como en Asturias, se dice arrede «intencionalmente, a propósito», que inmediatamente después -y hasta ahora- se emplea "adrede".

sábado, 3 de marzo de 2012

PÍLDORAS GRAMATICALES

¿Existe algún caso en el cual la palabra “pero” no vaya precedida de coma?
No. Se trata de una norma ortotipográfica antigua que permanece vigente.


 ¿Es correcto colocar una coma después de una enumeración, aunque aquella separe al sujeto del verbo? Ej.: "La distancia entre el punto A, el punto B y el punto C, dibuja un recorrido determinado".
Si el sujeto es una enumeración, se colocan todas las comas menos la última. En su caso, debe omitirse la coma (roja) después de C. Pero si la enumeración termina con el término etcétera/etc. o si entre el sujeto y el verbo media un inciso, sí debe colocarse coma:
Alacranes, arañas, cucarachas, etc., le dan terror.
Besugo, corvina, atún, todos pescados sabrosos, son su comida predilecta.