domingo, 26 de abril de 2015

PIZZA

El nombre de este plato italiano proviene del antiguo germánico bizzo, que significaba 'morder' y 'bocado' (cantidad de alimento que se puede tomar con una mordida). En su forma original, la pizza se compone de un pan de forma circular y achatada, cubierto con queso de tipo mozzarella, tomates y aceite de oliva. Al extenderse por Italia a lo largo del siglo XIX, algunas características del plato fueron cambiando: al llegar a Roma, se sustituyó el tomate por cebolla y aceitunas, y en la Lombardía se enriqueció con anchoas, entre otras modificaciones. A comienzos del siglo XX, la pizza cruzó el océano y llegó a Buenos Aires (Argentina), donde la masa se hizo más gruesa, y a Nueva York (EE.UU), donde se le añadió un variopinto conjunto de ingredientes: rebanadas de salchichas, panceta, camarones y trozos de ají. Sin embargo, fue solo a mediados del siglo pasado, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el antiguo alimento napolitano conquistó el todo mundo. 

domingo, 19 de abril de 2015

PENSAMIENTOS DEL MES

RELIGIÓN:
“La religión sin la ciencia estaría ciega, y la ciencia sin la religión estaría coja también”.
-Albert Einstein-

POLÍTICOS:
“Solo soy, solo sigo siendo una sola cosa: un payaso. Eso me pone en un plano más alto que cualquier político”.
-Charles Chaplin-

OPINIÓN PÚBLICA:
“Hace siglos que la opinión pública es la peor de las opiniones”.
-Chamfort-

EDUCACIÓN:
“La clave de la educación no es enseñar, es despertar”.
-Joseph Ernest Renan-

IDEAS:
“Las ideas audaces son como piezas de ajedrez. Pueden ser vencidas, pero también pueden iniciar una partida victoriosa”.
-Goethe- 

domingo, 12 de abril de 2015

¿SABÍAS QUE...? (EMPATÍA)

El vocablo griego pathos se puede definir como todos los sentimientos que una persona experimenta: sufrimiento, pasión, tristeza, ira, enfermedad, etc. 

Los griegos anteponían el prefijo syn- (que significaba 'con') para formar sympatheia,que significaba 'sufrir juntos' o, más genéricamente, 'experimentar juntos un sentimiento, compartirlo', que llegó al español como simpatía

Con el prefijo en- se forma empatheia, entendida como la capacidad de una persona de ponerse en el lugar de otra, de participar afectivamente en lo que la otra siente. Empatía, tiene pues un significado cercano al de simpatía. 

Lo contrario de sympatheia era antipatheia, formada con el prefijo anti- 'contra', que nos llegó como antipatía

Con el prefijo en- se forma empatheia, entendida como la capacidad de una persona de ponerse en el lugar de otra, de participar afectivamente en lo que la otra siente. Empatía, tiene pues un significado cercano al de simpatía. 

Si anteponemos el prefijo negativo a-, tenemos apatía, falta de interés en la otra persona.

domingo, 5 de abril de 2015

¿TE GOLPEAS LA CABEZA?

Este es un artículo de mi autoría, publicado en primicia y exclusividad en la "Revista Avancemos" (Chepén) en su edición Nº 63 del mes de marzo de 2015. Es una publicación mensual dirigida por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde –además de "Escritor"–, soy el responsable de la "Corrección Gramatical" de gran parte de dicha revista.
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Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez
 Hoy en día, para competir en los diferentes aspectos de la vida, necesitamos que nuestros motores mentales estén funcionando a nuestra máxima capacidad.  Sin embargo, muchos caminamos con motores frenados por los miedos de la preocupación.

¿Qué pensarías si encuentras en la calle a una persona golpeándose la cabeza contra una pared? Tiene la cabeza muy ensangrentada, pero lo sigue haciendo. Lo más probable es que pienses que está loca. ¿No hacemos lo mismo cuando tenemos un problema difícil de resolver? Con la preocupación no te golpeas la cabeza físicamente, pero sí mentalmente. A pesar de que el problema te angustia, te llena de miedo y te tortura, le sigues dando vueltas al asunto. ¿Por qué?

“Muchas personas fracasan, porque nunca se atreven a emprender nada”
–N.  Mc.  Ewan–

Es muy cierto que la preocupación tiene el objetivo de cuidarnos como especie. La preocupación es una emoción que nos alerta de un posible peligro o dificultad. Cuando suena la alarma de nuestro automóvil corremos para ver qué sucede, y cuando constatamos que no pasó nada, la apagamos. No se nos ocurre manejar con la alarma encendida por toda la ciudad. Sin embargo, cuando suena nuestra alarma mental de la preocupación y nos alerta sobre un problema, generalmente la dejamos prendida, lo que desgasta nuestras baterías mentales y nos impide actuar con ecuanimidad.

“Que los pájaros de la preocupación revoloteen sobre tu cabeza, no lo puedes evitar. Que ellos aniden sobre tus cabellos, sí lo puedes impedir”
 –Anónimo–

Si las preocupaciones y angustias nos hacen daño, entonces ¿por qué nos preocupamos tanto? Quizás porque nos gusta tener la razón. Cuando nos preocupamos filtramos lo bueno y nos concentramos en lo malo. Estamos pendientes de lo que puede suceder y nuestros pensamientos son negativos. La preocupación no permite que veamos objetivamente un problema.

“Lo único peor a no tener vista es no tener visión”
 –Helen  Keller–

Lo que nos preocupa muchas veces es como un globo enorme donde se han dibujado monstruos horribles. Mientras más nos preocupamos, más inflamos el globo y más nos asusta dichos monstruos. Una técnica que nos permite desinflar el globo, consiste en preguntarse varias veces ¿qué pasaría si lo que me preocupa y angustia realmente sucediera? Es decir, imaginarse lo peor. Por ejemplo, supongamos que me preocupa que un subordinado clave se vaya de la empresa. ¿Qué pasaría si ello ocurriera? Quedaría un vacío en esa área de la empresa. ¿Qué pasaría después? Tendríamos que todos trabajar un poco más para poder cubrirlo mientras buscamos su reemplazo. ¿Qué pasaría después? Quizás bajaríamos nuestra productividad y la competencia se aprovecharía de tal situación. ¿Qué pasaría después? Estoy seguro de que nos pondríamos al día rápidamente Como ves, el globo se fue desinflando poco a poco y, por tanto, los monstruos se redujeron. Es cierto que el problema persiste, pero ya no tiene la magnitud que uno imaginaba inicialmente.

“Tener miedo al ridículo es lo más ridículo”
–Liliana  Galván  Oré–

Ineludiblemente, uno mismo es el que tiene que saber controlarse en todo momento para no dejarse ahogar por las preocupaciones ni temer a hacer el ridículo. No se trata de nunca caer, sino de levantarse cada vez que uno caiga; ahí está nuestra gran capacidad y fortaleza. Pues no debemos tener miedo a errar, ya que jamás se equivoca el que nunca hace nada y, por lo consiguiente, hay algo peor a errar: “el no hacer nada”. Precisamente, el estar experimentando en algo es lo que nos llena de miedo, por ello no es recomendable ponernos a experimentar. Cualquier cosa que uno decida hacer, lo debemos hacer siempre con criterio, de la mejor forma, asumiéndose uno mismo; es decir, no necesariamente lo que hace el común de las gentes.

“El hombre que se levanta después de una caída es, aun, más grande que el que nunca ha caído”
–Concepción  Arenal–

La mente es como una radio. Podemos sintonizar una estación de música melodiosa y relajarnos, o podemos dejar el dial en una frecuencia de interferencias y ruidos estridentes. Solo de ti depende romper las preocupaciones propias de la vida para reducir riesgos y sintonizar pensamientos melodiosos que refuercen la salud y el bienestar, y, poder así, descubrir nuevas posibilidades o metas; salvo mejor parecer.

“Muchas personas pierden las pequeñas alegrías, esperando la gran felicidad”
–Pearl  S.  Back–