jueves, 29 de diciembre de 2011

OBSEQUIO

Los romanos usaban el verbo sequi con el sentido de 'seguir', 'ir detrás', 'acompañar', y también 'perseguir', 'acosar'. Ovidio escribió sequi vestigia alicujus para significar 'seguir las huellas de alguien' y non tibi sequendus eram con la denotación de 'yo no debería ser acompañado por ti'.

El infinitivo clásico sequi se alteró en Latín vulgar a sequere, que dio lugar al Francés suivre 'seguir', mientras que otras lenguas romances mantuvieron la forma original, pero añadieron las terminaciones -ire, como el Italiano seguire, o -ir, como el Español, Portugués y Catalán seguir.

La palabra latina se había formado a partir de la raíz indoeuropea sekw, del mismo significado, y dio lugar a muchos otros vocablos, tanto en Latín como en Castellano.

En efecto, con el prefijo con- se formó consequi 'buscar', 'conseguir', 'obtener', de cuyo participio pasivo, consecutus, 'consecutivo' se derivaron consequentia 'consecuencia' y exsequtio 'seguir hasta el final', 'rematar', de donde 'ejecutar' y 'ejecutivo', y también 'exequias' (honores fúnebres). Con el prefijo ob- se formó obsequi 'cumplir el deseo de otra persona', que dio lugar a nuestro 'obsequio' 'regalo', pero también a 'obsecuente' (el que sigue los deseos de otra persona en actitud de obediencia y sumisión). Lo que ocurre después de un hecho, lo que lo sigue como consecuencia, se llama secuela, palabra formada ya en Latín como sequela, a partir del verbo sequi.

sábado, 24 de diciembre de 2011

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA LENGUA: ARMA DE LOS IMPERIOS

El Inglés es considerado hoy la principal lengua universal, no por la cantidad de sus hablantes, sino por el uso que se le da en muchas actividades formales en el mundo. El idioma de Shakespeare se ha convertido en la lengua franca del planeta, tras desplazar al Francés en la diplomacia y tornarse el idioma más importante en los foros internacionales. Es lo que ha ocurrido siempre en la historia con las lenguas de los imperios; como sucedió con el idioma de Atenas en la Grecia de Pericles y con el Castellano en la Conquista y el Coloniaje, por citar apenas un par de ejemplos.
LA LENGUA COMO INSTRUMENTO DE DOMINACIÓN
Cuando la antigua Roma empezaba a expandirse, antes de convertirse en un imperio, la clase dominante, el patriciado, vio claramente que una de las estrategias para mantenerse en el poder era adquirir los recursos del “bien hablar”; es decir, dominar la lengua culta que los distinguiera de los plebeyos y aprender el misterioso arte de la retórica, desarrollado por los griegos que permitía dominar multitudes con el discurso.
Por aquella época —estamos en el inicio del siglo I a. de C.— muchos Gramáticos y Retóricos griegos empezaron a desembarcar en la Península Itálica para ponerse al servicio de la clase dominante romana, ávida de conocer la retórica, un arte griego que ostentaba la fama de ser la ciencia del habla y el arte de convencer.
Los patricios romanos sabían que para mantenerse en el poder deberían dominar la técnica del discurso profesional, el que permite arrebatar las masas y llevarlas al éxtasis; creían que con ese fin necesitaban manejar con soltura los secretos del estilo y conocer en profundidad las reglas de la Gramática. Eran algunos de los secretos mejor guardados del poder. En efecto, los patricios habían comprendido que deberían atesorar celosamente para sí los misterios de la lengua porque, si estos caían en manos del pueblo, sería un resorte de poder que perderían.
A comienzos del siglo I antes de Cristo, llegó a Roma el retórico y gramático Lucius Voltacilius Plotius Gallus, quien fundó una escuela de retórica al servicio de los que pudieran pagarle. Durante algún tiempo, este especialista de la palabra vivió a cuerpo de rey a costa de ricos plebeyos enriquecidos que querían ofrecer una formación aristocrática a sus hijos; pero finalmente, un edicto impulsado por los aristócratas le prohibió seguir enseñando y lo obligó a cerrar la escuela. Es uno de los testimonios más antiguos que tenemos de cómo el dominio de la lengua y el poder de la elocuencia ha sido una propiedad de las clases dominantes en todas las sociedades basadas en la explotación del hombre por el hombre.

EL IDIOMA ESPAÑOL Y EL PODER
Mil años después de la caída del imperio romano, en agosto de 1492, cuando Cristóbal Colón estaba en el medio del Atlántico en su primer viaje hacia el Nuevo Mundo, el filólogo andaluz Antonio de Nebrija le entregó a Isabel la Católica la primera Gramática del Español, con la sabia advertencia de que “siempre la lengua fue compañera del imperio y, de tal manera lo siguió, que juntos crecieron florecieron y cayeron”.
Nebrija estaba hablando del imperio romano y del Latín, la lengua que se extendió por casi toda Europa y el norte de África y se derrumbó con la caída de Roma; pero tanto él como la soberana ya intuían que España estaba al borde de emprender una aventura de conquista, de dominación y opresión de otros pueblos. Tenían por delante una era de explotación de tierras, gentes y riquezas como no se veía desde el tiempo de los Césares. En pocos años, los Reyes Católicos y sus sucesores crearon uno de los mayores imperios de la Historia, aniquilaron civilizaciones milenarias e impusieron a sangre y fuego la lengua de Castilla a los pueblos originarios, muchos de los cuales olvidaron incluso el habla de sus antepasados.

Dos siglos más tarde, el rey Felipe V y su corte comprendieron que la gramática de Nebrija no era suficiente: la lengua de Castilla amenazaba con disgregarse al ser hablada en tierras tan extensas de otro continente. Surgían variantes dialectales que se desarrollaban en la propia España y en las lejanas colonias, y que se distanciaban peligrosamente de la norma central. Era preciso crear una norma única, bajo el principio de autoridad, con la obligación de enseñarla en todas las escuelas de los territorios dominados por España.
Así, en 1713 el rey autorizó la creación de la Real Academia de la Lengua Española, con la misión de “cultivar y fijar la pureza y elegancia de la lengua castellana, desterrando todos los errores que, en sus vocablos, en sus modos de hablar o en la construcción ha introducido la ignorancia [...] y la demasiada libertad de innovar”. A partir de entonces, los cambios en la lengua quedarían sujetos a la decisión de una autoridad central en Madrid.
El imperio español había tomado así las riendas de una lengua que se tornaba universal y establecido una autoridad que gobernaba todos esos territorios y que era regida por la Corona.

martes, 13 de diciembre de 2011

PENSAMIENTOS DEL MES

MENTIRAS:
“Las mentiras más crueles son dichas en silencio”
-Robert Louis Stevenson-


JUVENTUD:
“La juventud es el momento que debemos de estudiar la sabiduría; la vejez, es el momento de practicarla”
-Jean Jacques Rousseau-


IGNORANCIA:
“Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras”
-Thomas de Kempis-


LÓGICA:
“Probamos por medio de la lógica, pero descubrimos por medio de la intuición”
-Henri Poincaré-


FRACASO:
“Todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito”
-Truman Capote-

miércoles, 7 de diciembre de 2011

PÍLDORAS GRAMATICALES

¿Qué significa "boricua"?

Boricua es un gentilicio equivalente a puertorriqueño. Aquellos son los dos niños boricuas que visitan nuestro país. La palabra proviene probablemente de boricuá comedor de cangrejos en el lenguaje arahuaco, que era como se autodenominaban los taínos, primitivos habitantes de la isla de Puerto Rico. Otra etimología posible es Borinquén (el nombre indígena de la isla, que significa “tierras del señor valiente o altivo”) de donde se deriva otro gentilicio: borinqueño.


¿Cuál es el plural de currículum?
Lo aconsejable es usar la españolización currículo y su plural currículos. Los latinismos terminados en “m” se pluralizan agregando s: curriculum > curriculums, pero si usa la expresión curriculum vitae, ésta permanece invariable en plural.

viernes, 2 de diciembre de 2011

¿SABÍAS QUE...?

En Castellano, del verbo SOÑAR derivan dos palabras homónimas con significados diferentes, aunque no muy distantes: sueño para designar el 'acto de dormir' y sueño como 'representación de sucesos e imágenes en la mente de quien duerme'.

Ambas provienen del Latín; la primera somnus, y la segunda, de somnium. Esta equivalencia no ocurre en las demás lenguas romances: en Portugués y en Gallego se distinguen sono y sonho (en Gallego, soño); en Catalán son y somni; en Francés, el acto de dormir es llamado sommeil y el de soñar, rêve; en Italiano, ambas ideas se expresan como sonno y sogno. Sin embargo, Corominas observa que es frecuente, al menos en Catalán, que haya transgresiones a la oposición entre ambos vocablos.

El intento más conocido de sortear las confusiones causadas por la homonimia de estos dos conceptos se observa en la traducción al Español de las obras de Sigmund Freud, en la que el traductor Luis López-Ballesteros de Torres usó sueño para referirse al acto de dormir y ensueño para mencionar el acto de soñar, tan importante en el universo freudiano.

Las dos palabras latinas que dieron origen a ambas formas de sueño provienen de la antiquísima voz indoeuropea swep-no que, cambiando el sufijo -no por -os, como swep-os, dio lugar al Latín sopor 'adormecimiento', que llegó a nuestra lengua con el mismo significado.

Afortunadamente, los seres humanos solemos, también, soñar despiertos. Es lo que permite la construcción de las utopías y la búsqueda de nuevos horizontes.