viernes, 29 de noviembre de 2013

FLEXIBILIDAD

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

Artículo publicado en primicia y exclusivamente en la “Revista Imágenes” (Chepén) en su edición N° 26 del mes de noviembre de 2013. Publicación mensual y regional porque circula en varias provincias de los departamentos de La Libertad, Lambayeque y Cajamarca, la misma que es dirigida por el Sr. Hernán Baltazar Suárez Vásquez y en donde –además de “Escritor”– soy “Asesor Gramatical” de dicha revista.
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Mientras más impurezas tenga el oro, menos maleable y flexible será. El oro de 12 quilates es menos maleable que el de 24. Lo mismo ocurre con nosotros: mientras más impurezas tengamos en la mente –constituidas por prejuicios, aversión al riesgo, soberbia, entre otros– más inflexibles y rígidos seremos. Tenemos todo el oro del mundo para crear o diseñar la vida, pero nuestras impurezas mentales nos limitan. Es decir, todos sufrimos de alguna parálisis; pero no las físicas, que son las menos dañinas, sino las mentales: las peores.

“los límites son físicos, las limitaciones son mentales”              
 –Anónimo–

Solamente con un criterio adecuado uno puede ser lo suficientemente flexible o maleable (adaptabilidad), y para tener un criterio adecuado es imprescindible estar consciente en todo momento del entorno. Al estar consciente de que quién soy y dónde me encuentro, es posible que empiece a mirar hacia dónde quiero llegar (metas o propósitos). Mientras uno no tome consciencia dónde está y cómo está, es imposible avanzar; pues no sé qué tengo, qué no tengo, qué necesito, etc.

“No hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va”                                          –Lucio Anneo Séneca–

Es simple, pero es nuestra parálisis mental, radicada en nuestra subconsciencia, la que en muchos casos no nos deja reconocer ni aceptar cuál es mi lugar. Esta subconsciencia se manifiesta a la consciencia a través de la soberbia, la arrogancia, altanería y otras impurezas mentales, las mismas que nos hacen sentir –imaginariamente– superiores a otros, inclusive, menospreciando a los demás (esto no es tener suficiente autoestima, son síntomas de poca autoestima); de ahí la gran necesidad de tener una mente flexible, pura, libre de impurezas, como el oro de 24.

Si usted quiere subir a un pico elevado con la ayuda de un guía, tiene dos alternativas. La primera es buscar un guía que, además de tener los mapas y las rutas, conozca los climas, aunque nunca haya subido a la montaña. La segunda alternativa es buscar un guía que ya haya escalado hasta la cima. Lo mismo ocurre con la flexibilidad: solamente si uno la vive y aplica en cada momento de su vida, la puede enseñar.

En el desierto, movidas por el viento, las dunas cambian permanentemente su ubicación y a veces bloquean los caminos. La única forma de recorrer el desierto es con un vehículo de doble tracción que nos dé la flexibilidad y potencia necesarias para recorrer caminos alternativos. Hoy, nuestra vida diaria es como el desierto. Los vientos del cambio, competencia y globalización modifican permanentemente el territorio empresarial, profesional y laboral, y generan una serie de obstáculos que bloquean los caminos ya conocidos. La única forma de crecer en este entorno es desarrollando nuestra flexibilidad, adaptabilidad y creatividad, teniendo una mente pura como el oro; mientras más puros, más flexibles o maleables.

“El viaje más largo y difícil es el que se hace al interior de uno mismo”                                               –Dag  Hammerskjöld–

Esa pureza o maleabilidad, unida a la informacionalización, es la que nos dará las oportunidades para crecer. Bien decía Miguel Ángel Cornejo: “El latinoamericano promedio cree temer a la competencia, cuando en realidad le teme es a su propia incompetencia”. Mientras uno no sea lo suficientemente puro o maleable (adaptabilidad), siempre estaremos resistiéndonos a los cambios, y este vetusto paradigma mental es totalmente errado; posiblemente antes estuvo muy bien –para la época– ya que los cambios eran muy lentos, pero ahora es un suicidio. El sistema cambia vertiginosamente.

“En una época de cambios radicales, el futuro es de los que siguen aprendiendo permanentemente, los que ya aprendieron se encuentran bien equipados, pero para vivir en un mundo que ya no existe”                   
 –Eric  Hofer–

Entonces: adaptabilidad, y para ello es necesario ser flexible, maleable y dúctil como el oro puro. Si uno quiere fugar no hay otra dirección que no sea para adelante, pues no se puede dar paso atrás, es peor; salvo mejor parecer.

“Solo la adaptabilidad te hará sobrevivir”               
–Charles Darwin– 

Portada de la edición N° 26 de la "Revista Imágenes"

lunes, 25 de noviembre de 2013

PENSAMIENTOS DEL MES

RESPETO:
“Ante todo, respetaos a vosotros mismos”.
-Pitágoras-

INSATISFACCIÓN:
“Las personas debemos el progreso a los insatisfechos”.
-Aldous Huxley-

PALABRAS:
“Hay quienes solo utilizan las palabras para disfrazar sus pensamientos”.
-Voltaire-

LEYES:
“En tiempos de corrupción es cuando más leyes se dan”.
-Étienne Bonnot de Condillac-

POLÍTICA:
“En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”.
-Antonio Machado- 

lunes, 18 de noviembre de 2013

LAS JUSTIFICACIONES

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

Este es un artículo de mi autoría, publicado en primicia y exclusividad en la "Revista Avancemos" (Chepén) en dos ediciones simultáneas (Nº 54 y Nº 55) del mes de noviembre de 2013. Es una publicación  mensual dirigida por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde además de ser "Escritor", soy el responsable de la "Corrección Gramatical" de gran parte de dicha revista.     
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¿Reconoces estas expresiones?: “No tengo tiempo”, “no tengo recursos”, “no me dejan trabajar”, “hay mucha competencia”, “me avisaron tarde”, “la culpa es de otro departamento”, “por el trabajo que tengo no puedo entrenar mis piernas” (caso de muchos deportistas varones), etc. ¿Sabías que las excusas o justificaciones son la distancia más corta y fácil entre la responsabilidad y la irresponsabilidad? y que, además, ¿es un acto de cobardía que primordialmente las dan los que tienen problemas de autoestima y de personalidad? Responsable no es únicamente el que siempre llega cinco minutos antes al trabajo; responsabilidad es –principalmente– asumirse, es ser libre.

Cuando el mal hábito de las justificaciones se asienta en nuestras vidas (lo cual muchos ya lo llevamos desde niños), es como si le sacasen las llantas a un carro de doble tracción 4 x 4. Dentro del vehículo uno siente que el motor está prendido, que puede acelerar a fondo y sentir toda su potencia, pero no se llega a ningún lado. Entonces, pasemos de lleno al tema que nos ocupa.

Cuando damos una excusa o justificación, “no nos hacemos responsables” y –lo que es peor– dejamos de perseverar. Presuponemos cobardemente que una circunstancia ajena o externa a nosotros es más poderosa y domina nuestro futuro.

“El ignorante y el imbécil no esperan el mal ni el bien de sí mismos, sino de otros”
 –Epícteto de Frigia–

Si son tan negativas las excusas o justificaciones, ¿por qué lo hacemos? A los que tienen poca autoestima les cuesta muchísimo trabajo admitir sus equivocaciones, pues ello confirmaría que son incompetentes. Culpar a otros de sus errores aleja –supuestamente– la sensación de inferioridad generada por el incumplimiento de sus responsabilidades. “Aparentemente las excusas son muy útiles: reducen el trabajo y son gratuitas”. Lo único que se necesita es un poco de creatividad (esto nos sobra) para que parezcan verdaderas.

“Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas”
 –Blas  Pascal–

Pero, las excusas tienen el altísimo costo escondido de mermar nuestra responsabilidad, nuestra eficiencia y, sobre todo, nuestra personalidad, generando una pobre imagen; y la imagen no está en las modas ni en las marcas, sino dentro de la cabeza: actitud.

“Es tu ACTITUD y no tu APTITUD la que determina tu ALTITUD”
–Albert Einstein–

Según el doctor en Psicología Pierre Lanarés: los padres normalmente celebran con amor y alegría los logros y aciertos de los niños. Pero otros critican, humillan o no dan muestras de afecto cuando sus niños fallan. Esto condiciona al niño a querer hacer todo perfecto para recibir siempre el cariño y reconocimiento. De adultos tenemos el mismo problema: creemos subconscientemente que si nos equivocamos nos retirarán el cariño y reconocimiento. Por eso, las excusas o justificaciones nos permiten engañarnos a nosotros mismos (no a otros) y creer que nosotros no somos los equivocados. De esa forma evitamos aparentemente el dolor, creemos que evadimos algo; simplemente postergamos para después o alargamos la agonía.

“No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”
–Anónimo–

Aquí, como siempre, hemos creído estúpidamente que se refiere a deudas materiales únicamente. Nada de eso, se refiere a toda deuda o mejor dicho: toda responsabilidad o deber nuestro. No debemos ir postergando nuestras labores, responsabilidades o deberes para después; claro que nosotros creemos que evadimos algo. Repito: nada se evade, simplemente postergamos para después o alargamos la agonía, sino observemos en la actualidad al 95 % de profesionales peruanos por qué están así. ¿Quién engañó a quién?... peor aún, seguimos haciendo lo mismo.

“Locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos”
–Albert Einstein–

“Aquellas personas que son buenas dando excusas, es probablemente para lo único que son buenas”
Benjamín  Franklin

Normalmente asociamos la palabra error con términos negativos como “malo” o “destructivo”. Recuerda que un error solo es negativo cuando no aprendemos de él. Si no hubiésemos aprendido de nuestros errores estaríamos lujosamente vestidos de terno, pero gateando. Todos hemos aprendido a caminar cayéndonos, tropezándonos, pero parece que ya lo hemos olvidado. Por lo tanto, la única solución es asumirse, no hay otra alternativa; evidentemente que para hacer esto hay que tener la suficiente autoestima.

El 99 % de los problemas no se originan afuera sino dentro de nosotros mismos, por eso no nos queda otra que ponernos a trabajar desde adentro hacia fuera y no al revés.

“No tengo tiempo”, “no tengo recursos”, “no me dejan trabajar”, “hay mucha competencia”, “me avisaron tarde”, “la culpa es de otro departamento”, “por el trabajo que tengo no puedo entrenar mis piernas”, etc. ¿Sufres de excusitis? ¡Por favor, dejémonos de estupideces y asumámonos ya! ¡¿Lo fácil o lo correcto?! Salvo mejor parecer.

Portadas de las ediciones Nº 54 y Nº 55 de la "Revista Avancemos"


miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿SABÍAS QUE...?

HEMORRAGIA: Llámese así el flujo de sangre que corre debido a la ruptura de un vaso. La hemorragia será venosa si el vaso roto es una vena o será arterial si se trata de una arteria. En el primer caso (venosa), la sangre es de tonalidad oscura y va hacia los pulmones para recibir oxígeno; en el segundo (arterial), se trata de sangre de un rojo vivo y viene de los pulmones para distribuir oxígeno en los tejidos de todo el cuerpo. 

La palabra proviene del latín haemorragia, tomada del vocablo griego haimorrhagia, formado con haima 'sangre' y una flexión derivado del verbo rhegnunai 'romper', 'reventar', 'derramar'. 

En nuestra actual lengua española abundan las palabras derivadas de haima: hemoglobina, hemólisis, hemorroide y muchas otras, en su mayoría del área médica, pero también ajenas a ella, como hematites, un tipo de mineral de hierro que significa, literalmente, 'sangre que parece piedra'.

viernes, 8 de noviembre de 2013

LA PALABRA DEL MES: "LUTO"

LUTO significa 'duelo, pena, aflicción', generalmente ante la pérdida de un ser querido' y refiere también a los 'signos exteriores de duelo en ropas y adornos'. 

Proviene del latín luctus, derivado de lugere 'llorar'. Tienen el mismo origen palabras como luctuoso y lúgubre. Según Corominas, en gallego y portugués antiguo había una forma luctusLuto aparecía ya en el primer diccionario monolingüe español, el de Sebastián Covarrubias (1611): 

“La vestidura lúgubre que se ponen los conjuntos al difunto en sinificación de dolor y tristeza; y así se dijo luto, del nombre latino luctus, que es lloro”.

domingo, 3 de noviembre de 2013

PÍLDORAS GRAMATICALES

¿Es correcto referirse a aniversarios con la expresión «un día como hoy»?
Aunque obviamente un evento que sucedió en el pasado no se puede repetir exactamente con las mismas características y condiciones de entonces, la frase “un día como hoy” está completamente aprobada en la lengua para recordar el mismo día del mismo mes de años atrás.