Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Artículo
publicado en primicia y exclusivamente en la “Revista Imágenes” (Chepén) en su
edición N° 26 del mes de noviembre de 2013. Publicación mensual y regional
porque circula en varias provincias de los departamentos de La Libertad,
Lambayeque y Cajamarca, la misma que es dirigida por el Sr. Hernán Baltazar
Suárez Vásquez y en donde –además de “Escritor”– soy “Asesor Gramatical” de
dicha revista.
-------------------------------------------------
Mientras más impurezas tenga el
oro, menos maleable y flexible será. El oro de 12 quilates es menos maleable
que el de 24. Lo mismo ocurre con nosotros:
mientras más impurezas tengamos en la mente –constituidas por prejuicios,
aversión al riesgo, soberbia, entre otros– más inflexibles y rígidos seremos.
Tenemos todo el oro del mundo para crear o diseñar la vida, pero nuestras impurezas mentales nos limitan. Es
decir, todos sufrimos de alguna
parálisis; pero no las físicas, que son las menos dañinas, sino las mentales: las peores.
“los límites son físicos, las
limitaciones son mentales”
–Anónimo–
Solamente con un criterio adecuado
uno puede ser lo suficientemente flexible o maleable (adaptabilidad), y para
tener un criterio adecuado es imprescindible estar consciente en todo momento del entorno. Al estar consciente
de que quién soy y dónde me encuentro, es posible que empiece a mirar hacia
dónde quiero llegar (metas o propósitos). Mientras uno no tome consciencia dónde
está y cómo está, es imposible avanzar; pues no sé qué tengo, qué no tengo, qué
necesito, etc.
“No hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va” –Lucio Anneo
Séneca–
Es simple, pero es nuestra parálisis mental, radicada en nuestra
subconsciencia, la que en muchos casos no nos deja reconocer ni aceptar cuál es
mi lugar. Esta subconsciencia se manifiesta a la consciencia a través de la
soberbia, la arrogancia, altanería…
y otras impurezas mentales, las mismas que nos hacen sentir –imaginariamente–
superiores a otros, inclusive, menospreciando a los demás (esto no es tener
suficiente autoestima, son síntomas de poca autoestima); de ahí la gran
necesidad de tener una mente flexible, pura, libre de impurezas, como el oro de 24.
Si usted quiere subir a un pico
elevado con la ayuda de un guía, tiene dos alternativas. La primera es buscar
un guía que, además de tener los mapas y las rutas, conozca los climas, aunque
nunca haya subido a la montaña. La segunda alternativa es buscar un guía que ya
haya escalado hasta la cima. Lo mismo ocurre con la flexibilidad: solamente si uno la vive y aplica en cada
momento de su vida, la puede enseñar.
…En el desierto, movidas por el viento, las dunas cambian
permanentemente su ubicación y a veces bloquean los caminos. La única forma de
recorrer el desierto es con un vehículo de doble tracción que nos dé la
flexibilidad y potencia necesarias para recorrer caminos alternativos. Hoy,
nuestra vida diaria es como el desierto. Los vientos del cambio, competencia y
globalización modifican permanentemente el territorio empresarial, profesional
y laboral, y generan una serie de obstáculos que bloquean los caminos ya
conocidos. La única forma de crecer en este entorno es desarrollando nuestra flexibilidad, adaptabilidad y creatividad, teniendo
una mente pura como el oro; mientras
más puros, más flexibles o maleables.
“El viaje más largo y difícil es el que se hace al interior de uno
mismo” –Dag Hammerskjöld–
Esa pureza o maleabilidad, unida a
la informacionalización, es la que nos dará las oportunidades para crecer. Bien
decía Miguel Ángel Cornejo: “El latinoamericano promedio cree temer a la
competencia, cuando en realidad le teme es a su propia incompetencia”. Mientras uno no sea lo
suficientemente puro o maleable (adaptabilidad), siempre estaremos resistiéndonos
a los cambios, y este vetusto paradigma mental es totalmente errado;
posiblemente antes estuvo muy bien –para la época– ya que los cambios eran muy
lentos, pero ahora es un suicidio. El sistema cambia vertiginosamente.
“En una época de cambios radicales, el futuro es de los que siguen
aprendiendo permanentemente, los que ya aprendieron se encuentran bien
equipados, pero para vivir en un mundo
que ya no existe”
–Eric Hofer–
Entonces: adaptabilidad, y para ello es necesario ser flexible, maleable y
dúctil como el oro puro. Si uno
quiere fugar no hay otra dirección que no sea para adelante, pues no se puede
dar paso atrás, es peor; salvo mejor
parecer.
“Solo la adaptabilidad te hará sobrevivir”
–Charles Darwin–
Portada de la edición N° 26 de la "Revista Imágenes"
No hay comentarios:
Publicar un comentario