lunes, 18 de noviembre de 2013

LAS JUSTIFICACIONES

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

Este es un artículo de mi autoría, publicado en primicia y exclusividad en la "Revista Avancemos" (Chepén) en dos ediciones simultáneas (Nº 54 y Nº 55) del mes de noviembre de 2013. Es una publicación  mensual dirigida por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde además de ser "Escritor", soy el responsable de la "Corrección Gramatical" de gran parte de dicha revista.     
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¿Reconoces estas expresiones?: “No tengo tiempo”, “no tengo recursos”, “no me dejan trabajar”, “hay mucha competencia”, “me avisaron tarde”, “la culpa es de otro departamento”, “por el trabajo que tengo no puedo entrenar mis piernas” (caso de muchos deportistas varones), etc. ¿Sabías que las excusas o justificaciones son la distancia más corta y fácil entre la responsabilidad y la irresponsabilidad? y que, además, ¿es un acto de cobardía que primordialmente las dan los que tienen problemas de autoestima y de personalidad? Responsable no es únicamente el que siempre llega cinco minutos antes al trabajo; responsabilidad es –principalmente– asumirse, es ser libre.

Cuando el mal hábito de las justificaciones se asienta en nuestras vidas (lo cual muchos ya lo llevamos desde niños), es como si le sacasen las llantas a un carro de doble tracción 4 x 4. Dentro del vehículo uno siente que el motor está prendido, que puede acelerar a fondo y sentir toda su potencia, pero no se llega a ningún lado. Entonces, pasemos de lleno al tema que nos ocupa.

Cuando damos una excusa o justificación, “no nos hacemos responsables” y –lo que es peor– dejamos de perseverar. Presuponemos cobardemente que una circunstancia ajena o externa a nosotros es más poderosa y domina nuestro futuro.

“El ignorante y el imbécil no esperan el mal ni el bien de sí mismos, sino de otros”
 –Epícteto de Frigia–

Si son tan negativas las excusas o justificaciones, ¿por qué lo hacemos? A los que tienen poca autoestima les cuesta muchísimo trabajo admitir sus equivocaciones, pues ello confirmaría que son incompetentes. Culpar a otros de sus errores aleja –supuestamente– la sensación de inferioridad generada por el incumplimiento de sus responsabilidades. “Aparentemente las excusas son muy útiles: reducen el trabajo y son gratuitas”. Lo único que se necesita es un poco de creatividad (esto nos sobra) para que parezcan verdaderas.

“Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas”
 –Blas  Pascal–

Pero, las excusas tienen el altísimo costo escondido de mermar nuestra responsabilidad, nuestra eficiencia y, sobre todo, nuestra personalidad, generando una pobre imagen; y la imagen no está en las modas ni en las marcas, sino dentro de la cabeza: actitud.

“Es tu ACTITUD y no tu APTITUD la que determina tu ALTITUD”
–Albert Einstein–

Según el doctor en Psicología Pierre Lanarés: los padres normalmente celebran con amor y alegría los logros y aciertos de los niños. Pero otros critican, humillan o no dan muestras de afecto cuando sus niños fallan. Esto condiciona al niño a querer hacer todo perfecto para recibir siempre el cariño y reconocimiento. De adultos tenemos el mismo problema: creemos subconscientemente que si nos equivocamos nos retirarán el cariño y reconocimiento. Por eso, las excusas o justificaciones nos permiten engañarnos a nosotros mismos (no a otros) y creer que nosotros no somos los equivocados. De esa forma evitamos aparentemente el dolor, creemos que evadimos algo; simplemente postergamos para después o alargamos la agonía.

“No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”
–Anónimo–

Aquí, como siempre, hemos creído estúpidamente que se refiere a deudas materiales únicamente. Nada de eso, se refiere a toda deuda o mejor dicho: toda responsabilidad o deber nuestro. No debemos ir postergando nuestras labores, responsabilidades o deberes para después; claro que nosotros creemos que evadimos algo. Repito: nada se evade, simplemente postergamos para después o alargamos la agonía, sino observemos en la actualidad al 95 % de profesionales peruanos por qué están así. ¿Quién engañó a quién?... peor aún, seguimos haciendo lo mismo.

“Locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos”
–Albert Einstein–

“Aquellas personas que son buenas dando excusas, es probablemente para lo único que son buenas”
Benjamín  Franklin

Normalmente asociamos la palabra error con términos negativos como “malo” o “destructivo”. Recuerda que un error solo es negativo cuando no aprendemos de él. Si no hubiésemos aprendido de nuestros errores estaríamos lujosamente vestidos de terno, pero gateando. Todos hemos aprendido a caminar cayéndonos, tropezándonos, pero parece que ya lo hemos olvidado. Por lo tanto, la única solución es asumirse, no hay otra alternativa; evidentemente que para hacer esto hay que tener la suficiente autoestima.

El 99 % de los problemas no se originan afuera sino dentro de nosotros mismos, por eso no nos queda otra que ponernos a trabajar desde adentro hacia fuera y no al revés.

“No tengo tiempo”, “no tengo recursos”, “no me dejan trabajar”, “hay mucha competencia”, “me avisaron tarde”, “la culpa es de otro departamento”, “por el trabajo que tengo no puedo entrenar mis piernas”, etc. ¿Sufres de excusitis? ¡Por favor, dejémonos de estupideces y asumámonos ya! ¡¿Lo fácil o lo correcto?! Salvo mejor parecer.

Portadas de las ediciones Nº 54 y Nº 55 de la "Revista Avancemos"


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