domingo, 29 de julio de 2018

¡CON TAL QUE SE ENTIENDA…!

Una vez más, no pretendo burlarme de nadie ni corregir a nadie, pero cada vez que alguien escribe algo suelo escuchar: “Con tal que se entienda” Eso me parece muy deplorable, pues denota el bajísimo nivel intelectual de la persona (incluyo a muchísimos profesionales de hoy).

Veamos un ejemplo que nos proporciona la historia sobre el antiguo Imperio Romano y que muchas veces la Real Academia de la Lengua Española lo pone de ejemplo en sus diversos libros:

Julio César, líder militar y político de la antigua Roma, en una ocasión indultó a un condenado a muerte y dio la siguiente orden: «¡Liberadlo, no ejecutadlo!». El vicario encargado de transmitir el mensaje cometió un PEQUEÑÍSIMO ERROR DE PUNTUACIÓN y desplazó, inadvertidamente, la posición de la coma: “¡Liberadlo no, ejecutadlo!”

El infortunado perdió la vida por un SIMPLE ERROR DE PUNTUACIÓN. Aunque no siempre los errores ortográficos conllevan consecuencias así, revelan un descuido intelectual  deplorable que debemos evitar, máxime si son profesionales.

sábado, 28 de julio de 2018

ETIMOLOGÍA DE "MIGRAÑA"

La palabra griega kranion era el diminutivo de kranos 'casco', 'yelmo' y, más tarde, 'cráneo', que llegó al idioma español hacia 1580 con su forma y significado actuales. 

Al dolor que afecta solo una parte de la cabeza, jaqueca, los griegos lo llamaron hemikranea y los latinos hemicrania, mediante el prefijo hemi- 'medio', o sea, 'que abarcaba la mitad de la cabeza'. 

Finalmente, llegó al español como hemicránea, pero en el habla popular este vocablo culto no demoró en convertirse en migraña. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge hoy ambas formas, 'hemicránea' y 'migraña', con sendas remisiones al significado común'jaqueca'. 

domingo, 8 de julio de 2018

IMPORTANCIA DE LA ORTOGRAFÍA

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

Desde hace muchos años, cada vez que alguien escribe algo, escucho a muchos decir: “Con tal que se entienda Nunca me he burlado, pero me parece algo muy deplorable. Lo único que está tratando esa persona es ocultar o minimizar su bajo intelecto. Me refiero a la gran mayoría de profesionales de hoy en día. El resto de personas o el común de la gente no me extrañan, tampoco los justifico, ya que todos hemos ido a la escuela y al colegio. Sin embargo, considero que la ortografía (y la gramática en general) viene a ser el termómetro en el cual se mide el nivel intelectual del ser humano; así me lo enseñaron en el colegio.

Por tal motivo, permítanme decir algo, especialmente a esas personas, que incurrir en constantes errores ortográficos en los diferentes campos de desenvolvimiento del ser humano puede convertirse en un gran obstáculo para el profesional de hoy, que se vale de la palabra escrita para transmitir sus ideas. El mal uso de la lengua española demuestra nuestra enorme falta de preparación académica y muy bajo nivel intelectual.

Cuando hablo de ortografía (“ortho” correcto y “graphos” escritura), me refiero a un correcto uso de las palabras en sus relaciones o construcciones gramaticales. El pasar por alto o ignorar esto (muy común hoy en día) acarreará ambigüedad, malestar e incomodidad en el receptor que espera un mínimo conocimiento de esta herramienta tan eficaz: el lenguaje.

Como todo código de comunicación, la escritura está constituida no solo por un conjunto de signos convencionales establecidos para representar gráficamente el lenguaje, sino por las normas que determinan cuándo y cómo debe utilizarse cada uno de ellos. Este conjunto de normas que regulan la correcta escritura de una lengua constituye lo que llamamos “ortografía” (en nuestro caso lo reglamenta la Real Academia de la Lengua Española).

El término ortografía designa, asimismo, la disciplina lingüística de carácter aplicado que se ocupa de descubrir y explicar cuáles son los elementos constitutivos de la escritura de una lengua y las convenciones normativas de su uso en cada caso. Así como también los principios y criterios que guían a una dimensión eminentemente sincrónica. Pues se centra en la descripción del sistema de convenciones ortográficas vigentes, pero puede adoptar también, como toda disciplina, una orientación diacrónica, cuando se ocupa de analizar cómo han ido evolucionando históricamente esas convenciones.

Tampoco se trata de escribir perfectamente, ni siquiera un doctor en gramática lo consigue ni existe un idioma en el mundo que lo logre. Lo que debemos hacer es tomar consciencia de la importancia de escribir correctamente, salvo mejor parecer.

domingo, 1 de julio de 2018

PÍLDORAS GRAMATICALES

¿La omisión de la palabra "después" en «Después de que haga esto, haré aquello» es correcta? 
La locución adverbial es "después de que", que significa 'más tarde', 'a continuación', 'con posterioridad' o 'en tiempo posterior'. Por tanto, carece de sentido completo si se elimina el adverbio "después", que le imprime justamente su significado de posterioridad.