domingo, 29 de julio de 2018

¡CON TAL QUE SE ENTIENDA…!

Una vez más, no pretendo burlarme de nadie ni corregir a nadie, pero cada vez que alguien escribe algo suelo escuchar: “Con tal que se entienda” Eso me parece muy deplorable, pues denota el bajísimo nivel intelectual de la persona (incluyo a muchísimos profesionales de hoy).

Veamos un ejemplo que nos proporciona la historia sobre el antiguo Imperio Romano y que muchas veces la Real Academia de la Lengua Española lo pone de ejemplo en sus diversos libros:

Julio César, líder militar y político de la antigua Roma, en una ocasión indultó a un condenado a muerte y dio la siguiente orden: «¡Liberadlo, no ejecutadlo!». El vicario encargado de transmitir el mensaje cometió un PEQUEÑÍSIMO ERROR DE PUNTUACIÓN y desplazó, inadvertidamente, la posición de la coma: “¡Liberadlo no, ejecutadlo!”

El infortunado perdió la vida por un SIMPLE ERROR DE PUNTUACIÓN. Aunque no siempre los errores ortográficos conllevan consecuencias así, revelan un descuido intelectual  deplorable que debemos evitar, máxime si son profesionales.

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