domingo, 28 de septiembre de 2014

EL PODER DE LAS PALABRAS (2° PARTE)

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

Este es un artículo de mi autoría, publicado en primicia y exclusividad en la "Revista Avancemos" (Chepén) en su edición Nº 59 del mes de setiembre de 2014. Es una publicación mensual dirigida por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde –además de ser "Escritor"–, soy el responsable de la "Corrección Gramatical" de gran parte de dicha revista.  
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“…Nuestra lengua materna (español) está entre las más amplias y complejas que existen; ostenta una riqueza léxica enorme”. Esta premisa la hemos oído desde niños, no obstante, en mi opinión, es un error letal. ¿Verdad que se habrán sentido reconfortados e imaginariamente superiores cada vez que la escuchaban? o ¿acaso se habrán sentido incómodos? ¡Reconfortados! ¿Verdad?

En la primera parte de este tema, vimos lo crucial que son las palabras para el ser humano debido a su gran poder de influir y hasta condicionar (programar) a las personas. Ahora, veamos el poder que tienen las palabras en una nación o conjunto de naciones. Pero ya no desde la misma perspectiva, sino desde otra similar; aunque el daño es igualmente enorme.

Estados Unidos de Norte América fue el amo y señor del mundo hasta hace aproximadamente 30 años. Desde esa fecha ha venido decayendo pausadamente hasta estar hoy en día entre el tercero a quinto lugar en el orbe, y, precisamente, coincide con la mayor inmigración de latinos de habla Hispana que haya sufrido en toda su historia el coloso del norte. Casualmente, ello se ha dado en estos últimos 30 años junto a su lento declive, ¿a qué se debe esa pequeña y paulatina decadencia? Simplemente –entre otras causas– a la gran influencia del idioma español que los latinos están ejerciendo dentro de ese país. Por eso, y muchos motivos más, EE.UU. está frenando radicalmente la llegada de latinos a su territorio; pues muy poco o nada le aportan.

Según los expertos, el idioma español posee aproximadamente dos millones y medio de palabras, mientras que el poderoso inglés, apenas medio millón; es decir, la lengua española ostenta una “riqueza léxica” inmensa con respecto al inglés. Este enorme vocabulario nos da una satisfacción ficticia de superioridad, además, por la misma “riqueza léxica” nos permitimos proporcionarnos con mucha frecuencia –consciente o inconscientemente– justificaciones descabelladas para satisfacer nuestro ego ubicado en la subconciencia. En consecuencia, esto nos impide ver nuestros errores cada vez que fallamos y nos aletarga.

“La falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles, sino importantes” –Winston Churchill–

Es conocida por todos nosotros esa expresión común: “casi lo hago”; esta locución adverbial simple e inofensiva llega a ser devastadora cuando constantemente nos decimos a nosotros mismos (recordemos la primera parte de este artículo). Ya sabemos que la mejor forma de autohipnosis es hablarnos cosas absurdas o la de mantener ideas irracionales por mucho tiempo; pues, ¡¿lo hiciste o no lo hiciste?! ¡Nada más! Otros, cobardemente van más allá y se dicen a sí mismos: “Casicito lo logro”. Como vemos, hay muchos vocablos que la Real Academia de la Lengua Española debería erradicarlos. Sobre todo, nosotros mismos debemos tomar conciencia de tantas expresiones dañinas y eliminarlas por nuestra propia cuenta. A este respecto alguien dijo: “Tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”.

Del mismo modo, para cada adjetivo calificativo en su estado natural (grado positivo) hay cuatro grados o variantes en la intensidad de su cualidad significada, además de su respectivo heterónimo en el 4º grado o superlativo absoluto; igual sucede con los adverbios variables. No obstante, el inglés, en estos y otros aspectos, no es tan amplio ni complejo; es simple y conciso. Otro ejemplo: un verbo inglés apenas tiene 20 a 22 variantes diferentes cada uno, excepto el verbo to bee (ser o estar) que su paradigma verbal es mucho más amplio. En cambio, un verbo español posee en su primera conjugación 101 formas distintas, en su segunda conjugación 102 formas distintas y en su tercera conjugación, también 102 formas distintas.

Nosotros poseemos una lengua “tan extensa” o “tan rica” que ha servido mayormente para darnos CASI siempre justificaciones pusilánimes a sí mismos y, por ende, aletargarnos (¿notaron el adverbio casi que lo he resaltado?, simplemente deberíamos eliminar este vocablo como a otra gran cantidad. Omítanlo al leer y notarán la diferencia). Es decir, usamos mayormente la “riqueza léxica” del español para darnos una satisfacción ficticia de superioridad.

El otro ejemplo es allá en Europa con el país de España. Esta nación no es la primera en el viejo continente, está dentro del “montón”, y es la única que habla el idioma español. Los demás países hablan otras lenguas, y qué casualidad también: España no se encuentra en el primer lugar en Europa. Como siempre, la “riqueza léxica” del idioma español es la causa principal de ese amodorramiento que nos dan nuestras propias justificaciones ante nuestros errores o deficiencias, proporcionándonos esa falsa sensación de superioridad. Aquí me vienen a colación otra vez las palabras de un Filósofo griego: “Los límites son físicos, las limitaciones son mentales”.

“Aprender y disfrutar son el secreto de una vida realizada. Aprender sin disfrutar, aflige; disfrutar sin aprender, embrutece” –Richard David Precht– 

Entonces, termino el presente artículo con la misma expresión de la primera parte: “Desde ahora y en adelante –como lo dijo el filósofo griego Demócrito hace 2.400 años– ya no te digas (ni hagas) estupideces, aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás”. He ahí la importancia y el poder de las palabras, salvo mejor parecer.

viernes, 26 de septiembre de 2014

DINERO

La palabra dinero está atestiguada en romance peninsular desde el año 1081, en el Cantar de Mio Cid, según indica Cororominas. Proviene del latín denarius, nombre de una moneda de plata que valía diez ases de bronce que, a su vez, se derivó del adjetivo distributivo latino deni 'de diez en diez', y este de decem 'diez'. 

El cambio de la “e” de denario por la “i” de dinero puede haberse debido a la influencia del griego denarion, que en la época tardía se pronunciaba /dinarion/, o tal vez del árabe dinar, que puede haber sufrido influencia griega. Este cambio fonológico se reproduce también en el portugués dinheiro y en el catalán diners, así como en el árabe dinar

sábado, 20 de septiembre de 2014

viernes, 12 de septiembre de 2014

LA PALABRA DEL MES: "SOFISTICADO"

Alguien sofisticado 'carece de naturalidad, es afectadamente refinado'. El adjetivo también denota 'elegancia' y, cuando se aplica a un sistema o a un mecanismo significa 'técnicamente complejo o avanzado'.

El sentido actual de esta palabra es reciente, pero se trata de un vocablo de larga historia, pues proviene del latín sofisticus, que se derivó, a su vez, del griego sophistikós ‘capcioso’, ‘falaz’, formado a partir de sophistés ‘especialista’, ‘consejero’. En el siglo de oro de Atenas, el término fue usado también en una escuela filosófica, la de los sofistas, que basaban su discurso en argumentos engañosos, los sofismas. Platón nos cuenta en sus Diálogos cómo Sócrates demolía las falacias de los sofistas.

Sofisticado apareció en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española por primera vez en 1803, con el significado de 'falsificado, adulterado' en alusión al tipo de razonamiento engañoso que desarrollaban los sofistas. La palabra entró a la lengua inglesa (sophisticated) también en el siglo XIX, con el mismo significado, pero en ese idioma sufrió una evolución diferente que terminó por reflejarse en el español. 

A comienzos del siglo XX, sophisticated ya se usaba en el inglés como calificativo para una persona muy sabia y cultivada. Después de la Segunda Guerra Mundial, pasó a significar en esa lengua 'refinado, avanzado, elaborado', referido a sistemas mecánicos o electrónicos muy complejos. Esta nueva acepción muy pronto comenzó a penetrar en el idioma español, pero hasta 1985 la Real Academia no la admitió con el sentido de 'complejo' o 'complicado' para referirse a una pieza de maquinaria. En el Diccionario de 1992 se incorporó también la acepción de 'elegante y refinado'. 

El diccionario Vox, por su parte, agrega 'que no es natural ni sencillo''. 

domingo, 7 de septiembre de 2014

SIETE IDIOMAS AMENAZADOS EN CHILE

De acuerdo a la base de datos Ethnologue, once lenguas se han identificado en Chile, incluyendo el español como idioma nacional. Pero entre los nativos, la mayoría está bajo algún grado de amenaza. 

El aimara, mapudungún y rapanui están amenazados. Mientras el huilliche está “moribundo”, la lengua kawéskar y yámana están casi extintas, con alrededor de una decena de hablantes la primera y sólo una en el caso de la yagán. La lengua kunza (de los atacameños) aparece inactiva y sobre la kakauhua (una de las lenguas alacalufes), no hay información. 

“La situación de las lenguas indígenas en Chile es de extremo riesgo de pérdida o extinción, dado que un factor preponderante de su vitalidad es que los jóvenes y niños aprendan y usen su lengua materna, asunto que hoy en día ocurre bastante poco”, dice Alberto Pizarro Chañilao, director nacional de la Conadi, que agrega que es posible salvarlas con programas y la participación de la comunidad. 

El lenguaje de señas, por otro lado, está en desarrollo y el quechua es la única de las lenguas nativas en un estado “vigoroso”. El idioma originario de los Andes centrales es una de las 420 lenguas vivas catastradas en el continente, de acuerdo al Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina.

Inge Sichra, sociolingüista y coordinadora del atlas, dice que en la región hay una tendencia hacia la interculturalidad, pero no al multilingüismo. “En varios países, y aún en varias regiones dentro de los países, hay movimientos de reivindicación territorial, cultural, política que no consideran las lenguas indígenas como parte de sus herramientas u objetivos. Hay muchos ejemplos de avance de participación política indígena en castellano, sin consideración de ellas más allá de su utilización simbólica”, dice. En Chile y Colombia, agrega, hay movimientos que sí consideran la lengua como medio y fin de su lucha. 

miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿SABÍAS QUE...?

En la actualidad, “parásito” es todo organismo vivo que se alimenta de otro sin contribuir a la supervivencia de este. 

En la antigua Grecia, los parásitos eran los altos funcionarios encargados de verificar la cosecha de trigo y la preparación del pan, así como confirmar también los banquetes en homenaje a los dioses. En efecto, la palabra griega estaba compuesta por el prefijo para- 'al lado de' y sitos 'trigo', 'pan', 'comida' (al lado del pan, al lado de las comidas, etc.). 

Más tarde se extendió a toda clase de huésped y a los invitados a fiestas o banquetes, por su sentido etimológico de “el que come en la mesa de otro”. 

El significado de 'planta o animal que vive a expensas de otro' está atestiguado a partir del siglo XVIII, hasta la fecha.