martes, 26 de junio de 2012

REGAÑAR

Este verbo castellano -REGAÑAR- proviene del latín gannio, gannire, usado para denominar el ladrido del perro, pero también el sonido emitido por otros animales y hasta el canto de algunas aves. Cátulo y Juvenal usaron gannire con el sentido de "quejarse, lamentarse, gritar". Estos últimos significados están en el origen de la expresión a regañadientes, que se aplica a "aquello que se hace con disgusto o repugnancia".

En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se menciona regañar con el sentido de "reprender o reconvenir", pero también se señala como otro significado el "gruñido de un perro". La primera acepción tiene diversos equivalentes conocidos por todos, tanto en España como en América, tales como 'reñir', 'reprender', 'rezongar', 'retar' y, aquí en el Perú, 'resondrar'. En portugués, el verbo latino dio lugar a ganido 'gemido del perro'.

jueves, 21 de junio de 2012

PENSAMIENTOS DEL MES

LIBERTAD:
"Un pueblo sólo podría ser libre si los gobernados fuesen todos sabios y los gobernantes todos dioses."
-Napoleón Bonaparte-

VERDAD:
“Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una”.
-Camilo José Cela-

CRISIS:
“En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte”.
-Honoré de Balcazac-

CREER:
“Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto”.
-Sir Francis Bacon-

AMIGOS:
“Tómate tiempo en escoger un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo”.
-Benjamín Franklin-

sábado, 16 de junio de 2012

¿SABÍAS QUE...?

Origen del sustantivo LEGENDARIO: El verbo latino legere significó originalmente "recoger, cosechar, robar", pero con el correr del tiempo fue adquiriendo el sentido de "cosechar con los ojos", especialmente "leer". En el latín medieval, se usó el gerundio de este verbo, legenda, con el significado de "algo para ser leído" y en esa época se aplicaba, sobre todo, a los libros sobre vidas de santos.

Como durante la Edad Media las biografías de los santos fueron una mezcla de hechos más o menos comprobados y de fantasías inverificables, legenda fue adquiriendo el sentido que le atribuye hoy la Real Academia de la Lengua Española de "relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos".

Sin embargo, no olvidemos que las vidas de los santos suelen ser consideradas maravillosas y ejemplares, de modo que esa característica se adscribió al significado de la palabra. Esto ocurrió en forma más acentuada en las últimas décadas, cuando la prensa adoptó el hábito de imponer el adjetivo legendario a personajes que se destacaron en alguna actividad en el pasado no necesariamente remoto, por ejemplo, a figuras contemporáneas como Pelé y Maradona o a sujetos famosos desaparecidos hace algunos años o décadas, como Joe Louis, María Félix o el Che Guevara.

lunes, 11 de junio de 2012

LA PALABRA DEL MES: "ADEFESIO"

Adefesio se deriva de la antigua locución adverbial ad Efesios, que proviene, a su vez, de las palabras latinas ad Ephesios “a los habitantes de Éfeso”, nombre de una epístola de san Pablo en la que se aludía a las penalidades sufridas por el santo durante su peregrinación a esa ciudad del Asia Menor.
Durante el tiempo que permaneció en Éfeso, san Pablo corrió serios peligros y en una ocasión estuvo a punto de ser asesinado por el populacho, incitado por mercaderes que vivían del culto a Diana Artemisa.
El Diccionario Histórico de la Real Academia de la Lengua Española se hizo eco de una leyenda etimológica: un sacerdote iba a leer una de las epístolas a los corintios, pero tomó, por error, la que san Pablo había dirigido a los efesios. Según esta creencia, hoy descartada, ésa es la razón por la cual las afirmaciones equivocadas se llaman adefesios.

miércoles, 6 de junio de 2012

COMA TRAS LA CONJUNCIÓN "PERO"

Primero veamos de una manera sencilla qué son las conjunciones.

Las conjunciones son una clase de palabras muy sociables que sirven para unir o relacionar palabras u oraciones. Son siempre invariables y átonas (se pronuncian sin acento de intensidad).

Se llaman conjunciones porque conjuntan, enlazan con armonía oraciones para que no nos queden cojas.

Las hay coordinantes y subordinantes. Hoy les propongo las conjunciones coordinantes de la Nueva gramática de la lengua española.

CONJUNCIONES COORDINANTES
Se dividen en simples y compuestas. Aquí veremos las simples.

Copulativas: y su variante e, ni. Expresan suma o adición. Como saben, ‘cópula’ significa unión, pues eso hacen estas conjunciones: unir oraciones. Además, ni significa ‘y no’, así que expresa negación. Ejemplos: Compra uvas, plátanos y peras; Laura e Inés fueron al partido; No lo sé ni quiero saberlo.

Disyuntivas: o y su variante u, ni. Expresan alternancia o la posibilidad de elegir entre dos o más opciones. Ejemplos: ¿Prefieres el verde o el azul?; Se comieron siete u ocho galletas; Le dijeron que no anduviera deprisa {ni ~ o} corriera.

Adversativas: pero, mas y sino. Expresan contraposición u oposición de ideas. Mas equivale a pero, aunque se usa en un estilo formal o para evitar cacofonías (sonidos desagradables de las palabras). Sino exige que la primera idea sea negativa. Ejemplos: Trabaja mucho pero cobra poco; Intentó ser abogado, mas para él no tenía sentido; No gritó a su amigo, sino a su novio.

He aquí un ejemplo erróneo en el diario español “El Mundo” con fecha 26 de diciembre de 2011:
Cuando sabíamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas. Es más, cambió todo. Pero, ¿dónde metieron a Rafael? Pero, ¿dónde puso el Rey la foto de la familia? Pero, ¿cuántos discos ha sacado el trío de mariachis que Su Majestad tenía sobre la mesilla? El restregón de Sergio Dalma con Chenoa, ¿no es esto acoso? Pero, ¿en cuántos programas a la vez puede salir Santiago Segura? ¿Y Diana Navarro? ¿Y el Rey? Pero, ¿cuántas veces puede imitar un cómico español a Ferran Adrià? ¿Y a Punset? ¿Y al Rey? Pero, ¿dónde ha dejado el pudor Ana Belén? ¿Y la modestia? Pero, y esto…
Además de la grave redundancia, el libro “La nueva ortografía” señala que no se escribe coma detrás de las conjunciones adversativas. Esta norma incluye las oraciones en las que a pero le sigue una oración interrogativa o exclamativa. Así pues, no es correcto escribir una coma tras la conjunción pero en frases como las del recorte del párrafo anterior que les muestro. Por el contrario, sí se escribe coma después de pero u otra conjunción adversativa si lo que sigue es un inciso o cualquier secuencia que se aísla del enunciado mediante comas; por ejemplo: Pero, y esto es lo que importa, ¿lo entendió?; He arreglado la silla, pero, cariño, no te sientes aún; Suspendí el examen por cuarta vez, pero, ¡por Dios!, no me lo recuerdes.

También es correcto que pero vaya dentro de la exclamación o la interrogación: ¡Pero qué listo eres!; ¿Pero por qué no te callas?

Para finalizar, y porque creo que es interesante, incluyo la información adicional que nos ofrece el libro “La nueva ortografía”:
  • La tendencia a escribir coma tras la conjunción en estos contextos es fruto del deseo de reflejar en la escritura la inflexión tonal que se produce en la cadena hablada al pasar de la modalidad enunciativa (pero...) a la interrogativa o exclamativa (... ¡qué barbaridad!). Se trata, sin embargo, de un reflejo innecesario —pues el cambio de modalidad queda patente con la escritura de los signos de interrogación y exclamación tras la conjunción pero— y contraproducente desde el punto de vista sintáctico, pues no deben separarse en un grupo conjuntivo la conjunción y su término, esto es, la secuencia que introduce.

viernes, 1 de junio de 2012

¿SABÍAS QUE...?

Con respecto a la palabra PAYASO. Uno de los personajes tradicionales de la commedia Italiana era una especie de bufón, vestido con ropas estrafalarias confeccionadas con la misma tela burda que se usaba para recubrir los colchones de paja. Por esa razón, se le llamó pagliaccio, palabra formada a partir del Italiano paglia 'paja', derivado del Latín paleae, palearum.
En Francés, en la segunda mitad del siglo XVIII, se llamaba a este personaje paillasse, una antigua palabra que desde hacía cinco siglos significaba "bolsa de paja".
En Castellano, la palabra payaso aparece registrada en 1884, en un poema de Manuel Breton de los Herreros:
Otro con importunas contorsiones
cual payaso en grotesca pantomina
piensa mover del pueblo las pasiones. 
Pero ya figuraba en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en su edición de 1817, como «el que en los volatines y fiestas semejantes hace el papel de gracioso, con ademanes, trajes y gestos ridículos».