Muchas veces se ha mostrado esta relación, que solo es aparente,
como se verá a continuación: Traje un espejo para María = Le
traje un espejo.
De acuerdo con la equivalencia anterior, para María es
sustituido por le.
En español, efectivamente, los pronombres de dativo son "le" (singular) y "les" (plural):
Le daré un anillo.
Les
entregamos
las
cartas.
Le
comuniqué
mi
decisión.
Les
informé
que
no asistiría a la celebración.
En estos casos hay ejemplos de un verbo transitivo (con rojo), un complemento directo (con negro) y un complemento indirecto (con verde).
Ahora bien, si el pronombre singular le se inserta en la oración
del primer párrafo, el resultado es el siguiente:
Traje
un espejo para María.
Le
traje un espejo para María.
Como se puede ver, el pronombre le no se refiere a
María, sino a otra persona. No obstante, si se cambia la preposición
para por a, el resultado es Le traje un espejo a
María. En este ejemplo el pronombre le sí se refiere a María. Por
consiguiente, se puede concluir que el complemento indirecto siempre debe
construirse con la preposición a y este puede coaparecer en una oración con el
pronombre de dativo correspondiente.
Por otro lado, dado que los complementos con para no se ajustan a
esa correferencia, se puede concluir que no son indirectos, sino
circunstanciales (o adjuntos) de destinatario o
beneficiario.
Finalmente, nótese que estos complementos pueden coaparecer en el
ejemplo: Le traje a
Juan un espejo para María.
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