Anfitrión
fue un personaje de la mitología griega, hijo de Alceo y de Astidamia, que se
casó con su prima Alcmena, hija de Electrión, rey de Micenas. Habiendo matado
por error a su suegro, fue expulsado de la ciudad y, antes de consumar el
matrimonio, marchó con su mujer a Tebas, donde fue purificado por Creonte.
Su esposa se negó a hacer el amor
hasta que Anfitrión no hubiera vengado a sus ocho hermanos, asesinados por los
hijos del rey de la isla de Tafos. Una vez que nuestro héroe hubo partido hacia
la guerra contra Tafos, Zeus se presentó ante Alcmena asumiendo la forma del
marido ausente y ordenó al Sol que detuviera su curso por setenta y dos horas
para permitirse una larga noche de amor con ella, quien creía estar amando a
Anfitrión.
A su regreso, al enterarse de lo
ocurrido por el adivino Tiresias, Anfitrión intentó quemar viva a Alcmena, pero
Zeus no lo permitió, y el marido engañado optó por una alternativa más sosegada: vivir
su postergada luna de miel. De tantas noches de amor, Alcmena engendró dos
hijos: Herakles (o Hércules), hijo de Zeus, e Íficles, hijo de
Anfitrión.
El dramaturgo Plauto, en el siglo
II antes de nuestra era, y Molière, en 1668, escribieron sendas comedias en las
que mostraban a Anfitrión en la lucha mientras Zeus hacía el amor con su mujer.
Desde entonces se llama anfitrión o anfitriona a
aquel o aquella que recibe invitados en su casa, aunque no necesariamente de la
manera como Zeus fue recibido en la casa de nuestro personaje.
Anfitrión se
compone de amphi 'alrededor', 'en torno de' y trýein 'agotar',
'fatigar', 'maltratar', por lo que algunos etimólogos afirman que su nombre
significa 'el que todo destruye a su alrededor'.
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