El perro comparte la vida con el hombre
desde tiempos inmemoriales y llegó a ser considerado un animal sagrado en
algunas civilizaciones. Por esa razón, la palabra que lo designa (can) tiene
una vieja historia, desde el griego kyon o el latín canis hasta
nuestro can o, más usado en español, perro. Canis dio
nombre no solo a la fauna perruna, sino también, indirectamente, al grácil
pajarillo cantor que conocemos como canario nativo
de las islas Canarias, que fueron llamadas así por la gran cantidad de canes
que las habitaban en tiempos de la colonización romana.
Un conjunto de canes se denominaba
antiguamente canalla, de donde proviene esa palabra que hoy
designa a la «gente baja, ruin o de malos procederes».
Por otra parte, la época del año en que el
calor es más intenso se llama canícula, porque la aparición de la
estrella Sirio sobre el horizonte coincidía con la salida del Sol en los
primeros días de agosto, cuando el calor es más intenso en el hemisferio norte.
Y Sirio es la estrella principal de la constelación del Can Mayor (Canis
Major).
A pesar de toda esa variedad léxica, el vocablo “can” es poco usado en castellano, lengua en la cual fue sustituido por perro, de origen incierto, que solo existe en nuestro idioma. Corominas cree que la palabra “perro” se puede haber formado a partir del sonido prrr con que los pastores incitan a los canes a mover el ganado.
A pesar de toda esa variedad léxica, el vocablo “can” es poco usado en castellano, lengua en la cual fue sustituido por perro, de origen incierto, que solo existe en nuestro idioma. Corominas cree que la palabra “perro” se puede haber formado a partir del sonido prrr con que los pastores incitan a los canes a mover el ganado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario