domingo, 6 de enero de 2019

¿SABÍAS QUE...?

Muchas hipótesis se han tejido sobre el origen de esta palabra española “ADREDE” que ya estaba en la lengua en los tiempos del diccionario de Sebastián de Covarrubias (1611), quien explicaba su significado como equivalente a 'a sabiendas', según él proveniente del italiano “et dritto” en el sentido de 'directamente'. Covarrubias también considera la posibilidad de una etimología árabe, a partir del verbo “dari”  'saber', de donde “a-drede” significaría 'a sabiendas'. La Real Academia de la Lengua Española duda entre adherirse a la hipótesis del catalán “adret” y la del latín “ad directum”, casi equivalente a la de Covarrubias. 

Sin embargo, Corominas (1980), la mayor autoridad en etimología española del siglo XX, desecha, con un complejo razonamiento filológico, todas esas hipótesis y afirma que no ve otra explicación que un origen gótico, que él identifica en “rhets”  'consejo', que forma parte de una vasta familia de palabras en la biblia gótica "varios de los cuales dejaron copiosa prole romance ('correar', 'arrear', etc.)". Al latín medieval, esta palabra gótica legó “redum”, que en francés dio “roi” 'rei'. 

En alemán antiguo, “at red” significaba 'en consejo' o 'en consulta', lo que habría dado en latín medieval “atrede” y luego, en romance castellano, «adrede». Y en efecto, en el norte de España, donde la colonización germánica fue más densa, como en Asturias, se dice “arredre” 'intencionalmente, a propósito'.

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