SIESTA es una palabra derivada
del latín sex 'seis'. Los romanos contaban las horas
a partir de la salida del sol, de modo que al mediodía, cuando el calor se
acentuaba, era, aproximadamente, la hora sexta, por lo que se llamó sexta en latín ibérico –y más tarde siesta– al tiempo en que se
almuerza y se echa luego un breve sueño, antes de continuar las actividades
vespertinas.
Según
el Tesoro de la lengua castellana, de Covarrubias (1611), la siesta
“es el tiempo que transcurre entre el mediodía y las dos de la tarde”. Este
mismo diccionario define sestear como
“reposar a la sombra en la hora de sexta, que es la del medio día”. En los
escritos del siglo XIII, figuraban los términos sexta y sesta para indicar tanto esa hora, como
el ordinal del número seis, pero a siesta, que
también se usa, ya se le daba el significado actual.
La
palabra española fue adoptada también por el idioma inglés, como vemos en este
trecho del New York Times:
Before
the days of long commutes and heavy traffic, most Spaniards returned home for
lunch and a siesta at midday (The New York Times,
1/1/2006). Traducido
al español, “Antes de los días de largos viajes y tráfico pesado, la mayoría de
los españoles volvían a sus casas al mediodía, para almorzar y tomarse una
siesta”.
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