Con este nombre de TUMBA se
designa el 'lugar donde está enterrado un cadáver'. Y también denota el
'armazón en forma de ataúd, colocado sobre el túmulo o en el suelo, para la
celebración de las honras a un difunto'.
La raíz indoeuropea tum' expresaba el
concepto de 'bulto' y evolucionó con ese sentido hacia varias palabras latinas,
tales como tumor, que llegó intacta al español, y tumefacere,
'hinchar' o 'hincharse'. Esta última se mantuvo en nuestra lengua en palabras
como tumefacción, entumecer y tumor. Fernando
A. Navarro señala también contumaz, que significaba
'obstinado' y también 'hinchado de orgullo'.
La
idea de 'bulto' se expresa en el idioma latín mediante la palabra tumulus, que designa el montículo
de tierra con que, antiguamente, se solían cubrir las sepulturas. La raíz
indoeuropea 'tum' había sido recogida también por los griegos,
que llamaron a ese montículo tymbos, palabra que llegó al latín
tardío como tumba y se mantuvo en nuestra lengua sin
variaciones con el significado de 'sepulcro'.
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