Por:
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Desde hace muchos años, cada vez
que alguien escribe algo, escucho a muchos decir: “Con tal que se entienda…”
Nunca me he burlado, pero me parece algo muy deplorable. Lo único que está tratando
esa persona es ocultar o minimizar su bajo intelecto. Me refiero a la gran
mayoría de profesionales de hoy en día. El resto de personas o el común de la
gente no me extrañan, tampoco los justifico, ya que todos hemos ido a la
escuela y al colegio. Sin embargo, considero que la ortografía (y la gramática
en general) viene a ser el termómetro en el cual se mide el nivel intelectual
del ser humano; así me lo enseñaron en el colegio.
Por tal motivo, permítanme decir
algo, especialmente a esas personas, que incurrir en constantes errores
ortográficos en los diferentes campos de desenvolvimiento del ser humano puede
convertirse en un gran obstáculo para el profesional de hoy, que se vale de la
palabra escrita para transmitir sus ideas. El mal uso de la lengua española
demuestra nuestra enorme falta de preparación académica y muy bajo nivel
intelectual.
Cuando hablo de ortografía (“ortho” correcto y “graphos” escritura), me refiero a un correcto uso de las palabras
en sus relaciones o construcciones gramaticales. El pasar por alto o ignorar
esto (muy común hoy en día) acarreará ambigüedad, malestar e incomodidad en el
receptor que espera un mínimo conocimiento de esta herramienta tan eficaz: el
lenguaje.
Como todo código de comunicación,
la escritura está constituida no solo por un conjunto de signos convencionales
establecidos para representar gráficamente el lenguaje, sino por las normas que
determinan cuándo y cómo debe utilizarse cada uno de ellos. Este conjunto de
normas que regulan la correcta escritura de una lengua constituye lo que
llamamos “ortografía” (en nuestro caso lo reglamenta la Real Academia de la
Lengua Española).
El término ortografía designa,
asimismo, la disciplina lingüística de carácter aplicado que se ocupa de
descubrir y explicar cuáles son los elementos constitutivos de la escritura de
una lengua y las convenciones normativas de su uso en cada caso. Así como
también los principios y criterios que guían a una dimensión eminentemente
sincrónica. Pues se centra en la descripción del sistema de convenciones
ortográficas vigentes, pero puede adoptar también, como toda disciplina, una
orientación diacrónica, cuando se ocupa de analizar cómo han ido evolucionando
históricamente esas convenciones.
Tampoco se trata de
escribir perfectamente, ni siquiera un doctor en gramática lo consigue ni
existe un idioma en el mundo que lo logre. Lo que debemos hacer es tomar
consciencia de la importancia de escribir correctamente, salvo mejor parecer.
Consultor Fitness y Corrección Gramatical
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Máster: “Entrenador
Personal”, “Nutrición Deportiva” y “Psicología Deportiva”
nicanorgramati@gmail.com
Chepén – La Libertad