En el antiguo idioma griego, “gymnós” significaba
“desnudo”. Los deportistas de ese entonces competían sin ropa, como podemos
apreciar en las esculturas de Praxíteles. La indumentaria también era la misma
de los alumnos y docentes de algunas escuelas de filosofía de la antigua
Grecia, como la de los “gimnosofistas”, así llamados porque acudían a clase sin
ropa.
Por esa razón, la palabra “gymnasion” se aplicó tanto
al sitio usado para la práctica de ejercicios físicos como a algunos lugares de
enseñanza filosófica. Desde hace ya algunos siglos, este vocablo (“gymnasion”)
pasó al español como “GIMNASIO”.
Hoy en día, evidentemente, los que se dedican a la
práctica de algún deporte (en su gran mayoría) solo se avocan únicamente a eso
–a lo físico– y no al cultivo de la inteligencia, como lo podemos ver a diario en cualquier gimnasio actual.
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