Llamamos “diptongo” al
conjunto formado por dos vocales que van juntas y se pronuncian en una misma
sílaba, como en “agua”, “puerto”, “aire”. La SINALEFA es algo parecido al diptongo:
es la unión de dos o tres vocales que están al final de una palabra y al
comienzo de la siguiente palabra, que se pronuncian juntas, como en esta rima
de Gustavo Adolfo Bécquer:
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
que anuncia en la noche del alma una aurora
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Podemos observar aquí que algunas diferencias entre
el diptongo y la sinalefa van más allá del hecho de que las vocales estén en
palabras diferentes: a) la “e” y la “a” de que anuncia no podrían formar diptongo según la normativa,
puesto que se trata de dos vocales fuertes o abiertas; b) las “e” de “de
ese” y de “que el” no
forman diptongo, sino que se funden en la pronunciación, como ocurre también
con las “a” de “una aurora”; c) la Ortografía no toma en cuenta la sinalefa, que está vinculada más bien a la
rítmica, mientras que el diptongo es considerado en la normativa de tildación.
La palabra proviene del griego "synaloiphé" 'mezcla', 'unión', 'conjunción', formada por "syn" 'con' y "aleiphó" 'unir', 'juntar', y nos llegó a través del idioma latín "synaloepha". Antonio de Nebrija, en la “Gramática de la lengua castellana”, que presentó a Isabel la Católica en 1492, definía así la sinalefa:
Sinalefa es cuando alguna palabra acaba en vocal y
se sigue otra que comienze eso mismo en vocal, echamos fuera la primera de
ellas, como Juan de Mena: "Paró
nuestra vida ufana", por "vidufana", y llámase sinalefa, que quiere decir
'apretamiento' de letras (aquí no hay errores ortográficos, pues así era la
Ortografía de ese entonces).
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