Artículo
publicado en primicia y exclusivamente en la “Revista Imágenes” (Chepén) en su
edición N° 36 del mes de agosto de 2015. Publicación mensual y regional porque
circula en varias provincias de los departamentos de La Libertad, Lambayeque y
Cajamarca, dirigida por el Sr. Hernán Baltazar Suárez Vásquez y en donde
–además de “Escritor”– soy el responsable de la "Corrección Gramatical” de
una parte de dicha revista.
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Por:
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Muy bien sabemos que el
siglo anterior se fue dejándonos un mundo globalizado y a la humanidad aparentemente en la cumbre de la evolución: internet, supercomputadoras,
biometría, redes inalámbricas, celulares, reconocimiento de voz y realidad
virtual son algunas de las tecnologías en ebullición. El futuro de la ciencia y la tecnología son impredecibles. La
ciencia está desarrollando computadoras tan pequeñas que podrían ser parte de
nuestro vestuario, y es posible que pronto un hombre se pose sobre la
superficie de Marte. ¿Es esto evolución
o involución? …Sigamos viendo.
No obstante de tener toda
la ciencia y tecnología a nuestro alcance, en nuestra vida diaria tratamos de sobrevivir a la competencia y miedos de la
globalización. Para explicarles mejor, voy a transcribir un relato que una
vez vi en mi extenso recorrido literario, donde perfectamente nos da la esencia
de lo que quiero llegar a decir: “Cada mañana en el continente del África una
gacela se despierta. Ella sabe perfectamente que debe correr más rápido que el
león más lento o morirá siendo su víctima. Cada mañana en el África un león se
despierta. Él sabe perfectamente que debe correr más rápido que la gacela más
veloz o morirá de hambre…” En el
África no importa quién eres: fuerte
o débil, grande o pequeño; no interesa. Cuando sale el Sol, más vale que te pongas a correr o te mueres.
En nuestra vida habitual, eso es exactamente lo que hacemos: “desde
que amanece el día estamos corriendo”. Pero lo deplorable aquí no es la carrera
en sí, sino que corremos sin ningún
sentido, sin ningún propósito, como locos; peor que los animales. Hemos podido ver que ellos corren con
sentido o propósito definido: “unos
escapando para no ser víctimas, y otros hacia sus presas”. Y tú –sin ánimo de polemizar– ¿en qué dirección
estás corriendo? ¿A qué dedicas tu tiempo libre? ¿Cómo aprovechas ese tiempo
libre? En este mundo globalizado no interesa qué hagas, lo crucial es cómo lo hagas.
No interesa el qué, sino EL CÓMO; para lo que sea (evidentemente, discerniendo entre lo bueno y lo malo, para ello
déjate guiar por esos Principios Universales o Leyes supremas). Aplica esta
premisa básica para todo en tu vida y deja de correr sin propósitos.
“En la Economía ,
las soluciones rinden más que los problemas; en la política, los problemas valen más que las soluciones”
–Nikolai Bukarin (economista
y político soviético)–
La globalización que nos ha
tocado vivir ha aumentado la cantidad de leones. Estamos inmersos en una
desesperada carrera para que no nos coman, o buscamos ganar fuerza y capacidad
para convertirnos en leones. Es una carrera fría, en donde a la mayoría de la
gente no les interesa llegar a la meta
por lo incompetentes y subnormales que son, sino meterle una zancadilla a
nuestros semejantes, y listo; se dan por exitosos. ¡Qué deplorable! Una
carrera que, por nuestra incompetencia y cobardía, nos genera miedos y nos hace
mirar en forma cortoplacista solo en nuestro beneficio y a costa de otros; a esto le llamamos estúpidamente habilidad.
Cuando se trata de subsistir con estas características, es muy difícil mirar
más allá; simplemente nos comerán los
leones de la globalización, tan
igual que a una mansa gacela (no los alarmo, pero los expertos ya anunciaron al
mundo que se viene la polarización).
Por tal motivo, ¡¿podemos hablar de evolución en un mundo de guerras y
matanzas?! ¡¿En un mundo en el que una gran parte de
la población mundial muere de hambre?!
¡¿En un mundo en donde reina el miedo
y el egoísmo?! ¡¿En un mundo en donde siempre están luchando por la supremacía o
el poder?! ¡¿En un mundo en el que la
gran mayoría solo ve su beneficio personal a costa de los demás?! ¡¿En un
mundo en el que cada vez hay más gente con problemas psicológicos o
emocionales?! ¡¿En un mundo en donde
a la gran mayoría de mujeres se les ha metido la estúpida idea de igualdad de sexos?! (¿Sabías que en nuestras células, los
cromosomas XX son de la mujer y los cromosomas XY de los hombres? ¡De qué igualdad hablan!). Entonces, ¡¿hemos evolucionado como personas…?! No sé si tú serías la
excepción.
“Todo el mundo sueña con sentirse superior poseyendo mucho o
haciendo gala de lo sacrificado que es… Si
nos quitáramos un poco de importancia a sí mismos, viviríamos más
tranquilos”
–Fernando Savater–
Para mí, la verdadera
evolución del hombre viene “cuando
desarrolla actividades por encima de sí mismo”; “cuando crece aportando (no
regalando)”; “cuando deja de pensar solamente en su beneficio y se preocupa
también por el prójimo”; “cuando se estima, se aprecia, se respeta y se valora
a sí mismo”… Solo así podrá dar a
los demás respeto, consideración, estimación, reconocimiento, etc; pues, nadie da lo que no tiene. La
evolución del hombre no radica en la tecnología ni en la ciencia, sino en su nivel de CONCIENCIA. Si por un
momento todos los seres humanos nos dedicáramos a entregar amor en vez de
pedir, reclamar o mendigar aprecio, admiración, reconocimiento, amor… acabarían las guerras, injusticias,
miedos y todas las estupideces existentes.
“Cuando me preguntaron por alguna arma capaz de contrarrestar el enorme
poder de la bomba atómica, yo sugerí la mejor de todas: la paz”
–Albert Einstein–
La esencia del hombre es
servir a su prójimo –basado en una necesidad de este, donde la consecuencia es
la ganancia–, pero ¡lo hemos olvidado! Por lo tanto, olvídense de los derechos
que no existen (excepto en la cabeza de los políticos para manipularnos, o precedido de una obligación o deber). Cualquier
cosa que necesites MERÉCETELO, GÁNATELO.
Tienes que aportar y aportar y aportar, como consecuencia de eso vas a
ganar (para los subnormales: no
confundir con “mendigar una migaja de atención, admiración o respeto”). El
problema de la mayoría de la gente es la
poca capacidad para ver qué, cómo y cuándo aportar; ya sabes, el resto
viene por añadidura. Cuando no se tiene la capacidad para ver qué, cómo y
cuándo aportar es cuando aparece la desesperación que nos hace pensar solo en
nosotros, aun a costa de los demás (Canibalismo
Social, del cual habla muy bien el filósofo “Federico Engels”).
“La falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren
ser útiles, sino importantes”
–Winston Churchill–
¿Cómo empezar a cambiar el
mundo para aceptar que estamos evolucionando? La única forma de cambiar el
mundo es cambiando uno mismo y, dando el
ejemplo; nada más. El resto no depende de ti ni de mí. Tampoco te vayas por
la tangente y pienses que “eso no es mi problema”. Por la bendita globalización,
todo nos repercute, directa o indirectamente; ya que nada es absoluto, todo es
relativo. Entonces, ¿hemos evolucionado
como siempre nos han dicho o estamos involucionando como personas?
“Tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”
–Mahatma Gandhi–
No estoy en contra de la
ciencia ni de la tecnología, es más, abogo
por ellas. Por tanto, ¿es buena o es mala? Depende de ti, del uso que les
des; ahí está tu nivel de evolución o
involución. Pero les advierto que, a la gran mayoría de la gente, los
zapatos les quedaron muy grandes; por eso me atrevo a decir que estamos
involucionando, salvo mejor parecer.
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