domingo, 2 de agosto de 2015

UN FUTURO NEGRO

Este es un artículo de mi autoría, publicado en primicia y exclusividad en la "Revista Avancemos" (Chepén) en su edición Nº 66 del mes de julio de 2015. Es una publicación mensual dirigida por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde –además de "Escritor"–, soy el responsable de la "Corrección Gramatical" de gran parte de dicha revista.
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Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

“He aprendido que un hombre tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, solo cuando ha de ayudarle a levantarse”        
 –Gabriel García Márquez–

Nuevamente, como Entrenador del gimnasio Malka, voy a darles unos alcances personales: De ahora en adelante solo los estadounidenses de origen afro estarán en condiciones óptimas de competir con muchas posibilidades de éxito en las más grandes y diversas competencias deportivas del orbe. Igualmente, dentro de pocos años lo mismo ocurrirá en el campo femenino. Este racismo invertido viene a confirmar la excepcional superioridad física de la raza negra.

Cada vez son más en el mundo los deportistas negros que vienen destacando en las diferentes disciplinas deportivas. Su enorme superioridad genética no dejará espacio alguno para los deportistas blancos, a pesar de que desde hace siglos los negros fueron vistos como seres inferiores (¿inferiores en qué?).

Lo podemos ver, no hace muchos años, en los 100 y 200 Metros Planos el enorme predominio de los negros Carl Lewis y Ben Johnson. Por eso es que en los Estados Unidos de Norteamérica han llegado a un tamizado implacable al seleccionar a sus representantes en las más grandes competencias deportivas del mundo. En otras palabras: se ha convertido en una selección de razas, en donde la negra está ganando terreno cada vez más como ya lo estamos viendo. ¿A qué se debe esta superioridad genética excepcional de los negros? En mi opinión, simplemente a la evolución y selección.

COMENCEMOS POR LA EVOLUCIÓN: Según la ciencia, el homo sapiens inicia su evolución hace 15 millones de años como consecuencia de un acontecimiento geológico trascendental, la elevación de la costa a lo largo del borde oriental del continente africano que formó una profunda depresión conocida como el Gran Rift. Este trastorno geológico ocasionó que una parte de la selva africana se transforme en sábana, dando origen a nuevos ambientes naturales. Nuestros antepasados eran criaturas de selva, pero a diferencia de lo que ocurre con los actuales grandes monos antropomorfos, dejaron los árboles por el nuevo hábitat.

Este éxodo dio empuje al inmenso cambio evolutivo de nuestra especie. Al verse obligado por una vegetación de apreciable altura a adoptar una posición constantemente erguida para buscar sus presas y evitar los grandes carnívoros, constituyó el primer paso de nuestra historia. Desde entonces, el gran viaje del ser humano no se ha detenido nunca y ha dado origen a diversas razas, algunas de las cuales favorecidas por condiciones ambientales mejores, se han civilizado antes que otras y han pagado el precio en el plano fisiológico.

Lamentablemente, la raza blanca se ha degenerado: “las mejores condiciones de vida” y el sedentarismo nos están haciendo involucionar genéticamente. Es decir, conseguir una cabeza grande, un abdomen muy prominente, exceso de tejido adiposo, unas extremidades débiles y delgadas junto a un esqueleto y unos músculos atrofiados. Es imposible pensar que con este material humano se pueda –inclusive con el doping y toda la ciencia– conseguir grandes posibilidades de éxito en las más grandes competencias deportivas del orbe. La raza negra, en cambio, parece haber permanecido en el aspecto biológico unos tres mil años atrás, lo cual supone, en cierta medida, como si todos nosotros retrocediéramos a lo que éramos en la época de las pirámides.

AHORA VEAMOS LA OTRA CAUSA, LA SELECCIÓN: una predeterminada selección de sus progenitores llevados como esclavos a los Estados Unidos de Norteamérica y el sucesivo y continuado cruzamiento con otras razas. Hace ya varios siglos, los negreros capturaron y redujeron a esclavos solo los individuos más sanos y fuertes de la población africana. El viaje hacia a América constituyó una ulterior y durísima selección, y en último término, tenemos que los esclavistas hicieron que se aparearan y copularan los de mejor constitución física, exactamente a como se hace con la cría de animales hoy en día. Esta introducción de ADN nuevo y diferente, indudablemente, enriquece y mejora la especie.

“El ruiseñor se niega anidar en la jaula para que la esclavitud no sea el destino de sus crías”
–Epícteto de Frigia–

En el ámbito netamente deportivo, las características vencedoras de los negros las puedo resumir en cinco puntos:

1.- Una estructura ósea bellísima y potente. Las clavículas son de gran amplitud, dando anchura natural a los hombros, mientras que la pelvis (caderas) es estrecha. Las extremidades son largas y la caja torácica bien proporcionada. La densidad ósea es enorme, y las reducidas y fuertes articulaciones parecen hechas a propósito para favorecer la presencia de grandes y fuertes músculos. El cráneo es pequeño, lo cual da una apariencia aún mayor a la musculatura esquelética, por el contraste.

2.- Músculos constituidos de modo prevaleciente por fibras blancas, que son las más fuertes y explosivas con respecto a las fibras rojas. El vientre muscular es largo y, con frecuencia, supera la longitud del segmento óseo que recubre, mientras que el tendón abdominal se presenta corto y robusto.

3.- El equilibrio hormonal representa la diferencia más marcada. El sistema endocrino, el sistema nervioso y el sistema inmunitario, que se hallan estrechamente vinculados entre sí, aparecen íntegros y muy fuertes. Por lo tanto, los negros se hallan dotados de una fuerza muscular, resistencia muscular y una resistencia cardiorrespiratoria excepcional, así como un metabolismo muy superior al de los blancos.

4.- A la belleza exótica de sus facciones, fruto de cruzamientos con indoeuropeos y mestizos, se une un gran sentido del ritmo y del espectáculo. Se trata también, en este caso, de dotes innatas y primitivas que ayudan en el terreno de las competiciones físicoculturistas.

5.- Por último, pero no menos importante, debe ser tomado en consideración el fuerte deseo y la gran voluntad de salir de ese supuesto “submundo” en donde le hemos colocado los blancos. Por todo ello, debemos tener en cuenta que –al menos en el Físicoculturismo– esta supremacía ya ha sido alcanzada. Pues recordemos al reciente Ronie Coleman como también a Sergio Oliva, los dos más grandes negros de la historia físicoculturista, literalmente imposible de superar sus records deportivos.

Entonces, es exactamente así, y a pesar del dolor de muchos blancos: EL FUTURO SERÁ NEGRO, salvo mejor parecer.

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