En un navío de guerra hay
varias partes que llevan el nombre de rancho.
Entre ellas cabe mencionar el lugar donde se alojan los miembros de la
tripulación en situación normal, es decir, cuando no están en combate. Pero
también se llama rancho a
cada uno de los grupos de marineros que se forman para mantener la disciplina y
distribuir las faenas del barco. Cuando el capitán de un buque de guerra da una
orden de zafarrancho de combate, los marineros
deben abandonar sus posiciones en el rancho, o sea, zafarse de él y prepararse
para la lucha.
La palabra está en el
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española con su forma actual desde
1834. En la edición de 1788 figuraba la locución verbal “zafar
rancho”, con el significado
de 'desembarazar las cubiertas para el juego de la artillería; y prevenirse
para pelear'. No obstante, ya había registros de su uso en nuestra lengua por
lo menos desde tres siglos antes, como en este trecho de “Primer
viaje alrededor del mundo” (1507)
en el que el marinero italiano Antonio Pigafetta narra su vuelta al mundo, la
primera de la historia, con Hernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano:
Al acercarnos a la ciudad, ordenó el capitán general que se empavesaran las carabelas, medio arrióse el trapo como en zafarrancho de combate y disparó las bombardas todas, con lo que se sembró el pánico por doquier.
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