domingo, 25 de noviembre de 2012

RESPUESTA A SUS INQUIETUDES

En el transcurrir de esta última semana, me han llegado varios mensajes (e-mail) sobre preguntas, comentarios, objeciones, críticas, observaciones, etc. de mucha gente con respecto al artículo de mi autoría titulado: ¿“Presidente” o “Presidenta”? Agradezco a todas esas personas por su atención brindada y la importancia debida que le han dado a mi texto, muy al margen de cuáles hayan sido las intenciones de algunas de ellas. Por tal motivo, y en reconocimiento y gratitud a todas sin excepción, voy a atender en forma general una inquietud, que considero ha sido el común denominador de todas esas personas: 
  
La “Real Academia de la Lengua Española” (RAE) junto a la “Asociación de Academias de la Lengua Española” (constituida por 21 países de Latinoamérica [22 con la RAE]), las mismas que están integradas por Doctores en Gramática, Lingüística, Filología, Paleología, etc., son las que dictan las normas a tener en cuenta para hablar o escribir; de lo contrario qué orden o qué formalidad habría, cada quien hablaría o escribiría como quiera. Por esa razón, la RAE clasifica la palabra “presidente” como un sustantivo epiceno.

Los sustantivos epicenos son los que con un solo género (sea masculino o femenino) se refieren a seres vivos (personas, animales o vegetales), pero que no poseen ninguna marca formal que permita determinar su sexo. Como personas tenemos: víctima, criatura, personaje, rehén, vástago, etc., también están aquí los verbos de origen latino en su forma no personal participio activo (cantante, presidente, estudiante, sufriente, etc.); como animales: búho, camaleón, cebra, culebra, hiena, hormiga, jirafa, lechuza, liebre, mosca, rata, sapo, tiburón, víbora, etc.; y como vegetales: espárrago, palmera, plátano, sauce, anís, etc.

En estos casos, la RAE nos dice: Para determinar el género del sustantivo y, por ende, el sexo de quien nos estamos refiriendo, tenemos que anteponer a todo sustantivo epiceno un artículo determinante o indeterminante (el, la, los, las; un, una, unos, unas); anteponerle un adjetivo determinativo indefinido (sea cualitativo, cuantitativo o distributivo); o colocarle -antes o después- un adjetivo calificativo (varón, mujer; macho, hembra; bueno, malo; manso, mansa; gordo, gorda; etc.), para poder –repito– especificar el género del sustantivo y, de igual modo, definir el sexo de quien nos estamos refiriendo o a quien se le atribuye tal cualidad.

Esto es en síntesis lo que nos recomienda la RAE, mas no un antojo personal ni mucho menos una creación mía, como quizás algunos desinformados lo hayan tomado. Por tal motivo, agradezco a todas esas personas que en esta última semana me han enviado sus preguntas, comentarios, objeciones, etc. sobre el tema que escribí; ya que en el fondo, todos ustedes, sin excepción, me nutren cognoscitivamente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario