martes, 17 de marzo de 2020

CADA UNO ESCRIBE A SU MANERA

Son varias las personas que de vez en cuando me dicen y (hasta tratan de refutarme creyendo que es meritorio) que consideran correcto que “cada uno escriba a su manera o como mejor le parezca”. Sinceramente, eso es de gente muy inculta que trata de disimular su bajo intelecto. No obstante, y sin necesidad de contradecirles, voy a comunicar que la Real Academia de la Lengua Española tiene una opción llamada HIPÉRBATON que admite varias formas de escribir una misma oración o idea; veamos:

Este término, tan exótico como desconocido para la mayoría de las personas, es un vocablo de origen griego que equivale a inversión, y sirve para designar la “alteración del orden lógico de las palabras en la oración”.

Si bien existe un ordenamiento lógico en la construcción de oraciones en nuestra lengua, solemos alterarlo para dotar a la redacción de un toque de originalidad. En realidad, salvo el artículo, la preposición y la conjunción –que tienen una ubicación obligatoria dentro de la oración–, el resto de palabras pueden colocarse donde se desee, pero DEBERÁ CUIDARSE de no caer en alteraciones que resulten demasiado afectadas y rebuscadas.

Estos son algunos ejemplos de hipérbaton, basados en la oración: «Los niños del barrio juegan alegremente en la plaza esta mañana».
Caso 1: Juegan alegremente los niños del barrio en la plaza esta mañana.
Caso 2: Alegremente, juegan en la plaza esta mañana los niños del barrio.
Caso 3: En la plaza, juegan alegremente esta mañana los niños del barrio.
Caso 4: Esta mañana, los niños del barrio, alegremente, en la plaza juegan.

Y así podríamos continuar hasta acabar con las posibilidades de alterar el orden lógico. Pero, tal como lo afirmamos anteriormente, no conviene caer en la afectación o el error, como sería escribir, por ejemplo: «Esta mañana, en la plaza los niños juegan alegremente, del barrio». En este caso, se ha partido en dos al sujeto, lo que nuestra lengua no lo permite, ya que el fragmento “…los niños del barrio” debe permanecer como una construcción entera. Este ejemplo demuestra, además, cómo puede perderse el sentido de la oración, mientras que en otros –aun cuando se mantenga el sentido– la expresión resulta muy afectada como en este caso: «Compróse mi cuñada en una importante casa de modas un muy caro vestido», en lugar de «Mi cuñada se compró un vestido muy caro en una importante casa de modas», que es la forma correcta

NOTA
Gramaticalidad casi siempre equivale a claridad o univocidad. Pero el caso del hipérbaton (alteración más o menos pronunciada, y más o menos voluntaria, del orden “normal” de las palabras en una oración) establece una diferenciación.

Se sabe que el español es un idioma muy flexible en cuanto al orden que las palabras y construcciones pueden adoptar; en esto también se sitúa prácticamente entre el latín (más flexible aún) y el inglés (más “rígido”). Por supuesto, las variaciones de orden producen también variaciones, a veces sutiles, de significados. Es lo que en lingüística se llama “modalidad de mensaje”. No es exactamente lo mismo decir «El asesino fue Juan» que «Juan fue el asesino»; hay un desplazamiento de énfasis, un primer foco de atención distinto en cada caso (recurso muy visible, por ejemplo, en los titulares de los diarios).

En el hipérbaton hay gramaticalidad, pero la claridad se ve parcialmente perjudicada. Ejemplo: «De estas obras, creerán descubrir sus críticos, años más tarde, una manifiesta influencia en él». “Ordenado”: «Años más tarde, sus críticos creerán descubrir una manifiesta influencia de estas obras en él». Es bastante evidente que esta segunda versión, la “ordenada”, es más clara e inmediatamente entendible.

Ahora otro ejemplo que, sin ser precisamente un hipérbaton, exhibe un orden inadecuado: «Relacionar la expresión del rostro con la postura corporal de las obras presentadas, si estas fueran de cuerpo entero».

En esta oración, la subordinada condicional que está al final de todo (…si estas fueran de cuerpo entero) es una redundancia innecesaria. Si las obras no son de cuerpo entero, no se puede relacionar su postura corporal con la expresión del rostro, ni vale la pena aclararlo.

La misma oración, pero con otro orden: «Si las obras presentadas son de cuerpo entero, relacionar la expresión del rostro con su postura corporal». Aquí no hay redundancia, se introduce la condición al principio, que es donde debe ir en este tipo de consignas.

Sin ánimo de haber minimizado ni burlarme de los que consideran que “cada uno escribe a su manera o como mejor le parezca”, espero haber aclarado en algo esa idea errónea de varias personas.

CONSULTOR FITNESS Y CORRECCIÓN GRAMATICAL
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Máster: "Entrenador Personal", "Nutrición Deportiva" y "Psicología Deportiva"
Diplomado en "Gramática, Redacción y Estilística"
+51  942305620 Móvil
consultorfitness1211@gmail.com
nicanorgramati@gmail.com
Chepén-La Libertad-Perú

No hay comentarios:

Publicar un comentario