Por:
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Este es un artículo de mi
autoría, publicado en primicia y exclusividad en la “Revista Avancemos” (Chepén)
en su edición N° 52 del mes de julio de 2013. Es una publicación mensual dirigida
por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde –además de ser “Escritor”–,
soy el responsable de la “Corrección Gramatical” de gran parte de dicha
revista.
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En muchos circos, a los
elefantes los amarran desde muy pequeños a una estaca con una cadena para que
no escapen; tratan de hacerlo, pero la estaca y la cadena son más fuertes que
ellos… Cuando crecen a su tamaño
normal y adquieren la fuerza de los adultos, basta con amarrarlos a una pequeña
estaca para que no fuguen. Con la fuerza que tiene ahora, el elefante podría
arrancarlo, pero no lo hace porque tiene grabado en su mente el esquema de que
es imposible huir. Lo mismo nos ocurre a
los seres humanos una vez que aprendemos un esquema o paradigma mental, nos
encasillamos y nos limitamos como los elefantes de los circos para siempre o,
al menos hasta que rompamos esos anticuados paradigmas mentales… es decir, hasta que tomemos consciencia (“Los
límites son físicos; las limitaciones son mentales” –Anónimo–).
La forma en que hacemos
nuestro trabajo o cómo nos conducimos en nuestra vida diaria, es un ejemplo de
ello. Nos es muy difícil cambiar de paradigmas, aun si las condiciones del
mundo, el mercado laboral y la competencia cambian. Tendemos a seguir haciendo
lo mismo, actuando en automático y sin criterio, aunque el medio cambie (“En una época de cambios radicales, el
futuro es de los que siguen aprendiendo constantemente, los que ya aprendieron
se encuentran bien equipados, pero para vivir en un mundo que ya no existe” –Eric Hoffer–).
Según Kouzes y Posner, el
primer paso para arrancar paradigmas mentales es romper lo establecido, cambiar
e innovar la forma en que hacemos las cosas. Pero romper lo establecido,
reconozco que no es fácil; no solo por los hábitos, sino también por nuestra
percepción. La percepción humana barre el mundo y trata de ubicar lo que ve en
esquemas previamente conocidos.
Imagínese, por ejemplo, que
usted está en una cola del hospital esperando turno para sacar su ticket y pasa hacia delante un tipo
alto, atlético, lujosamente vestido de terno, con lentes oscuros y lo empuja
torpemente por atrás sin consideración alguna. Usted se cae y, al levantarse,
lo ve. Furioso se para, lo enfrenta y empuja también, pero, con el movimiento,
a esa persona se le caen los lentes y usted se da cuenta de que es ciega.
Nuestra percepción interpretó la situación como si se tratase de un hombre
elegante, adinerado, prepotente, déspota, soberbio y abusivo. Nos hizo pensar,
sentir y actuar sobre la base de este esquema o paradigma mental errado. La
realidad era diferente. La percepción
nos ancla a esquemas o paradigmas conocidos en la mente y nos dificulta ser
flexibles para ser creativos.
Una vez que aprendemos las
características de un esquema y lo grabamos en la mente, nos es muy difícil
escaparnos de él, y esta es una tarea de uno mismo y de nadie más. Así que no
esperemos a que otros lo hagan por nosotros o lo hagan primero; pues “Sólo la adaptabilidad te hará subsistir” –Charles Darwin–.
Me contaba un amigo que en
una oportunidad no había podido dormir toda la noche por un “maldito dolor” de
estómago. Él satanizaba ese tormento, sin embargo, yo le decía que el dolor
había sido su aliado porque le había estado avisando que a la mañana siguiente
iba a estar mal de salud y que necesitaría visitar a un médico. …Así funcionan nuestros paradigmas
mentales; son los lentes que nos ponemos para ver la realidad. Por lo tanto,
para poder ser innovadores o creativos –tan necesario en este mundo exigente y
cambiante–, tenemos que luchar contra muchas de nuestras percepciones que nos
obligan a mantenernos en lo ya conocido o errado. Tenemos que empezar a mirar
las cosas desde otro punto de vista, desde otro ángulo, diferente al que lo
hemos venido haciendo, ya que lo común no es lo normal ni correcto. Cuestionémonos constantemente nuestros
propios hábitos; no hay otra forma conocida hasta hoy para romper
paradigmas errados.
Entonces, en este mundo de
cambios vertiginosos, empleemos siempre nuestro intelecto y nuestra creatividad
para ver y entender muchas cosas, especialmente en los momentos de crisis. Analicemos
cada situación que se nos presente desde otro punto de vista al acostumbrado y
al común de la gente, para así poder sacar las mejores conclusiones y
decisiones. No nos encasillemos o parametremos a las maneras antiguas y
obsoletas de observar que nos limitan enormemente como ya lo hemos podido ver.
Tampoco se trata de modas o cosas por el estilo, simplemente: adaptabilidad; ya que si tú no creas el cambio, el cambio
terminará creándote a ti. Así que asúmete, emplea tu creatividad y tu
intelecto en beneficio tuyo y de tu prójimo; salvo mejor parecer.
Portada de la edición Nº 52 de la "Revista Avancemos"
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