jueves, 25 de julio de 2013

CREATIVIDAD E INTELECTO

Por: Nicanor Alfredo Camacho Núñez

Este es un artículo de mi autoría, publicado en primicia y exclusividad en la “Revista Avancemos” (Chepén) en su edición N° 52 del mes de julio de 2013. Es una publicación mensual dirigida por el Sr. Julio César Angulo Quesquén, en donde –además de ser “Escritor”–, soy el responsable de la “Corrección Gramatical” de gran parte de dicha revista.
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En muchos circos, a los elefantes los amarran desde muy pequeños a una estaca con una cadena para que no escapen; tratan de hacerlo, pero la estaca y la cadena son más fuertes que ellosCuando crecen a su tamaño normal y adquieren la fuerza de los adultos, basta con amarrarlos a una pequeña estaca para que no fuguen. Con la fuerza que tiene ahora, el elefante podría arrancarlo, pero no lo hace porque tiene grabado en su mente el esquema de que es imposible huir. Lo mismo nos ocurre a los seres humanos una vez que aprendemos un esquema o paradigma mental, nos encasillamos y nos limitamos como los elefantes de los circos para siempre o, al menos hasta que rompamos esos anticuados paradigmas mentaleses decir, hasta que tomemos consciencia (“Los límites son físicos; las limitaciones son mentales” –Anónimo–).

La forma en que hacemos nuestro trabajo o cómo nos conducimos en nuestra vida diaria, es un ejemplo de ello. Nos es muy difícil cambiar de paradigmas, aun si las condiciones del mundo, el mercado laboral y la competencia cambian. Tendemos a seguir haciendo lo mismo, actuando en automático y sin criterio, aunque el medio cambie (“En una época de cambios radicales, el futuro es de los que siguen aprendiendo constantemente, los que ya aprendieron se encuentran bien equipados, pero para vivir en un mundo que ya no existe” –Eric Hoffer–). 

Según Kouzes y Posner, el primer paso para arrancar paradigmas mentales es romper lo establecido, cambiar e innovar la forma en que hacemos las cosas. Pero romper lo establecido, reconozco que no es fácil; no solo por los hábitos, sino también por nuestra percepción. La percepción humana barre el mundo y trata de ubicar lo que ve en esquemas previamente conocidos.

Imagínese, por ejemplo, que usted está en una cola del hospital esperando turno para sacar su ticket y pasa hacia delante un tipo alto, atlético, lujosamente vestido de terno, con lentes oscuros y lo empuja torpemente por atrás sin consideración alguna. Usted se cae y, al levantarse, lo ve. Furioso se para, lo enfrenta y empuja también, pero, con el movimiento, a esa persona se le caen los lentes y usted se da cuenta de que es ciega. Nuestra percepción interpretó la situación como si se tratase de un hombre elegante, adinerado, prepotente, déspota, soberbio y abusivo. Nos hizo pensar, sentir y actuar sobre la base de este esquema o paradigma mental errado. La realidad era diferente. La percepción nos ancla a esquemas o paradigmas conocidos en la mente y nos dificulta ser flexibles para ser creativos.

Una vez que aprendemos las características de un esquema y lo grabamos en la mente, nos es muy difícil escaparnos de él, y esta es una tarea de uno mismo y de nadie más. Así que no esperemos a que otros lo hagan por nosotros o lo hagan primero; pues “Sólo la adaptabilidad te hará subsistir” Charles Darwin–.

Me contaba un amigo que en una oportunidad no había podido dormir toda la noche por un “maldito dolor” de estómago. Él satanizaba ese tormento, sin embargo, yo le decía que el dolor había sido su aliado porque le había estado avisando que a la mañana siguiente iba a estar mal de salud y que necesitaría visitar a un médico. Así funcionan nuestros paradigmas mentales; son los lentes que nos ponemos para ver la realidad. Por lo tanto, para poder ser innovadores o creativos –tan necesario en este mundo exigente y cambiante–, tenemos que luchar contra muchas de nuestras percepciones que nos obligan a mantenernos en lo ya conocido o errado. Tenemos que empezar a mirar las cosas desde otro punto de vista, desde otro ángulo, diferente al que lo hemos venido haciendo, ya que lo común no es lo normal ni correcto. Cuestionémonos constantemente nuestros propios hábitos; no hay otra forma conocida hasta hoy para romper paradigmas errados.

Entonces, en este mundo de cambios vertiginosos, empleemos siempre nuestro intelecto y nuestra creatividad para ver y entender muchas cosas, especialmente en los momentos de crisis. Analicemos cada situación que se nos presente desde otro punto de vista al acostumbrado y al común de la gente, para así poder sacar las mejores conclusiones y decisiones. No nos encasillemos o parametremos a las maneras antiguas y obsoletas de observar que nos limitan enormemente como ya lo hemos podido ver. Tampoco se trata de modas o cosas por el estilo, simplemente: adaptabilidad; ya que si tú no creas el cambio, el cambio terminará creándote a ti. Así que asúmete, emplea tu creatividad y tu intelecto en beneficio tuyo y de tu prójimo; salvo mejor parecer.

Portada de la edición Nº 52 de la "Revista Avancemos"


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