Por:
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Mientras más impurezas
tenga el oro, menos maleable y flexible será. El oro de 12 quilates es menos
maleable que el de 24. Lo mismo ocurre con nosotros: mientras más impurezas tengamos en la mente –constituidas por
prejuicios, aversión al riesgo, soberbia, entre otros– más inflexibles y
rígidos seremos. Tenemos todo el oro del mundo para crear o diseñar la vida,
pero nuestras impurezas mentales nos
limitan. Es decir, todos
sufrimos de alguna parálisis; pero no las físicas, que son las menos dañinas,
sino las mentales: las peores.
“Los límites son físicos, las
limitaciones son mentales”
–Anónimo–
Solamente con un criterio
adecuado uno puede ser lo suficientemente flexible o maleable (adaptabilidad),
y para tener un criterio adecuado es imprescindible estar consciente en todo momento del entorno. Al estar consciente
de que quién soy y dónde me encuentro, es posible que empiece a mirar hacia
dónde quiero llegar (metas o propósitos). Mientras uno no tome consciencia
dónde está y cómo está, es imposible avanzar; pues no sé qué tengo, qué no
tengo, qué necesito, etc.
“No hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va”
–Lucio Anneo Séneca–
Es simple, pero es nuestra parálisis mental,
radicada en nuestra subconsciencia, la que en muchos casos no nos deja
reconocer ni aceptar cuál es mi lugar. Esta subconsciencia se manifiesta al
exterior a través de la soberbia, la arrogancia, altanería… y otras impurezas mentales, las mismas que nos hacen sentir –imaginariamente–
superiores a otros, inclusive, menospreciando a los demás (esto no es tener
gran autoestima, son síntomas de poca autoestima); de ahí la gran necesidad de
tener una mente flexible, pura, libre de
impurezas, como el oro de 24.
Amigo, amiga, si deseas
conseguir un cuerpo atlético, esbelto y, sobre todo, con BUENA SALUD tienes que
alejarte de las competencias por lo plagadas de anabólicos esteroides que
están, para ello necesitas la guía de un entrenador que respete tu salud; por
lo tanto, tienes dos alternativas. La primera es buscar un entrenador que haya
estudiado, es decir, que conozca la fisiología del ejercicio, nutrición
deportiva, biomecánica, cronobiología, etc. aunque nunca haya practicado el
fitness ni el físicoculturismo. La segunda alternativa es buscar un entrenador que
solamente haya entrenado y competido años sin nunca haberse interesado por la
parte científica del deporte (carente de estudios y de escrúpulos que son la
inmensa mayoría). Lo mismo ocurre con la flexibilidad: solamente si uno ha estudiado, la ha vivido, aplicado y seguir
aplicándolo en su vida, la puede enseñar con honestidad y a cabalidad.
…En el desierto, movidas por el viento, las dunas cambian
permanentemente su ubicación y a veces bloquean los caminos. La única forma de
recorrer el desierto es con un vehículo de doble tracción que nos dé la
flexibilidad y potencia necesarias para recorrer caminos alternativos. Hoy,
nuestra vida diaria es como el desierto. Los vientos del cambio, competencia y
globalización modifican permanentemente el territorio empresarial, profesional
y laboral, y generan una serie de obstáculos que bloquean los caminos ya
conocidos. La única forma de crecer en este entorno es desarrollando nuestra flexibilidad, adaptabilidad y creatividad, teniendo
una mente pura como el oro; mientras
más puros y honestos, más flexibles o maleables.
Esa pureza o maleabilidad,
unida a la informacionalización, es la que nos dará las oportunidades para
crecer. Bien decía en vida Miguel Ángel Cornejo: “El latinoamericano
promedio cree temer a la competencia, cuando en realidad le teme es a su propia incompetencia”. Mientras
uno no sea lo suficientemente puro o maleable (adaptabilidad), siempre
estaremos resistiéndonos a los cambios, y este vetusto paradigma mental es
totalmente errado; posiblemente antes estuvo muy bien –para la época– ya que
los cambios eran muy lentos, pero ahora es un suicidio. El sistema cambia
vertiginosamente.
“En una época de cambios radicales, el futuro es de los que siguen
aprendiendo permanentemente, los que ya aprendieron se encuentran bien
equipados, pero para vivir en un mundo
que ya no existe”
–Eric Hofer–
Entonces: adaptabilidad, y para ello es
necesario ser honesto, flexible, maleable y dúctil como el oro puro. Si uno quiere fugar no hay otra
dirección que no sea para adelante, pues no se puede dar paso atrás, es peor; salvo mejor parecer.
“Solo la adaptabilidad te hará sobrevivir”
–Charles Darwin–
Consultor Fitness y Corrección Gramatical
Nicanor Alfredo Camacho Núñez
Máster: “Entrenador
Personal”, “Nutrición Deportiva” y “Psicología Deportiva”