El adjetivo latino “minutus” 'pequeño',
'diminuto' procede del verbo “minuere” 'mermar', 'reducir',
con origen en el indoeuropeo “mei-“ 'pequeño', al igual que disminuido,
menor, menos, mínimo, minucia, etc.
En latín medieval, el minuto se denominaba “minuta”, palabra clave
extraída de “pars minuta prima” 'primera parte pequeña', así
llamado originalmente. En el idioma español, derivó a “minuto” y
como tal se documenta desde el siglo XV.
Algo parecido ha ocurrido con la palabra segundo: del indoeuropeo “sek-“ 'seguir',
nos llega desde el latín “sequire”, con idéntico significado y
de este, también del latín, “secundus” 'que sigue a otro',
'segundo'. En latín medieval, se llamó “secunda”, extraído de “pars
minuta secunda” 'segunda parte pequeña', como se denominaba cada una
de las partes en que se dividía una “minuta”.